El Real Madrid fue goleado (0-4) por su gran rival, el Barcelona, en el clásico del Santiago Bernabéu, y encajó su segunda derrota consecutiva, que provocó el hastío de una afición que pidió dimisiones y que desata una crisis por la falta de un patrón de juego, los errores en el planteamiento de Rafa Benítez o la poca actitud de jugadores que quedan señalados.
Las claves del momento que vive el Real Madrid son:
1. Ausencia de un patrón de juego: La apuesta de Florentino Pérez por un técnico del perfil de Rafa Benítez nunca tuvo unanimidad en el madridismo. La había conseguido Carlo Ancelotti y el tiempo muestra que las razones de su despido se repiten con cualquier técnico. Las lesiones y mala gestión deportiva por pocas rotaciones.
Con Benítez se han encadenado los percances físicos y el deseado equilibrio que se buscaba se derrumbó en el duelo ante dos rivales de entidad: Sevilla y Barcelona. La segunda parte del Sánchez Pizjuán y el clásico plasman la peor imagen que se recuerda del Real Madrid desde hace tiempo.
Hace pocas fechas, Florentino Pérez, que no decide el técnico por sus características deportivas, señaló a Benítez como "el mejor entrenador" que ha tenido en sus dos etapas en la presidencia. Su crédito no se agota en menos de cinco meses. Lo respaldará en las próximas horas pese a ver síntomas evidentes de falta de apoyo en la plantilla y la afición.
2. Errores de planteamiento de Rafa Benítez: con un resultado negativo la crítica la tenía asegurada fuese cual fuese su apuesta para el clásico y Benítez decidió traicionar sus ideales. El cuerpo le pedía poner a Casemiro, pero alineó el once que más agrada al club y al madridismo. Anunció que saldría al ataque y si tenía que perder que fuese con todas las grandes estrellas en el césped.
La realidad mostró un equipo partido, sin ayudas defensivas de los tres jugadores de arriba, la BBC, con un centro del campo superado, siempre en inferioridad en la batalla. Rafa se dio cuenta, cuando el Barça se hizo dueño del balón, de que se había equivocado, pero no rectificó en nada. La decisión era difícil de ejecutar. Tenía que sacrificar a Bale, Cristiano Ronaldo o Benzema y eso le puede traer problemas mayores.
3. Mala progresión del equipo: la coartada utilizada reiteradamente por Benítez han sido las lesiones. Es cierto que han afectado a jugadores muy importantes en la columna vertebral del equipo, pero ante el Barcelona cayó teniendo a todos recuperados. La progresión del Real Madrid es negativa y lo ocurrido en el clásico no fue un accidente, sino un hecho que confirma una mala dinámica.
El Real Madrid va a menos. Si había empatado en el Santiago Bernabéu ante el Málaga sin hacer un gol, vencido por la mínima al Granada y con suerte a un PSG superior, ante el Barcelona concedió el mismo número de ocasiones con el agravante de que lo hizo a los mejores delanteros del mundo.
Neymar y Luis Suárez no perdonaron como otros. Y en esta ocasión Keylor Navas no se disfrazó de salvador. De no encajar ningún gol como local, a recibir cuatro en 90 minutos. Sumada a la imagen para el olvido en la segunda parte de Sevilla, sobre el césped se plasman problemas tácticos a solucionar con urgencia.
4. La actitud de los jugadores: es un aspecto tan delicado que cuando a un futbolista se le habla de falta de actitud se pone a la defensiva o incluso llega a faltar el respeto al periodista, como hizo Marcelo en la zona mixta, pero lo que más dolió al aficionado madridista fue ver a sus jugadores bajar los brazos ante la superioridad del rival.
El Real Madrid siempre luchó hasta el final en la derrota y así consiguió grandes gestas, con remontadas para la historia. En ningún momento se transmitió eso desde el terreno de juego en el clásico, con una imagen tan alejada del nivel real del equipo que muchos veían plasmada la diferencia de idea con el entrenador.
5. Jugadores señalados: la afición del Real Madrid señaló a Danilo, superado por el clásico en todas las facetas del juego, y pide respuestas a dos de sus estrellas, el portugués Cristiano Ronaldo y el galés Gareth Bale, que no respondieron a las expectativas.
Estuvieron ausentes. No ayudaron en defensa y no desequilibraron en ataque. Volvieron a tener falta de puntería cuando llegaron las ocasiones. A Cristiano se le ve alimentar dudas sobre su futuro próximo, como si se encontrase en su última temporada de blanco. Con sus peores números como jugador del Real Madrid.
A Bale no se le encuentra un sitio en el que brille y él no encuentra la forma de asociarse con sus compañeros. Hace la guerra por su cuenta y ante un rival como el Barça es un camino sin salida.
6. Regresos fuera de tono: volvieron a la titularidad Marcelo y Karim Benzema sin estar con buen tono físico tras sus lesiones. Se notó en Marcelo, que jugó con dolores buena parte de la segunda mitad, hasta que tuvo que pedir el cambio. Y en Benzema, mezcla de físico y anímico por el asunto extradeportivo en el que está envuelto. Más lento que de costumbre, sin olfato goleador y sin mejorar a los jugadores de ataque con los que habitualmente se asocia.
7. Ramos, un esfuerzo sin premio: era un día importante y no dudó en volver a infiltrarse el hombro lesionado para estar en el equipo titular. Fue contraproducente porque Sergio hizo el peor partido que se le recuerda. Falló en los goles, midió mal en sus entradas, no dio buena salida al balón. Jugó con dolor y se notó en su rendimiento.
Llega el momento de valorar su situación. Después de seis infiltraciones tras la lesión, lo más conveniente sería parar y volver solo cuando esté totalmente recuperado. Su liderazgo como jefe de la zaga no se ve y la imagen que dejó le acaba perjudicando a él y al equipo.
8. Apuestas de artificio: no hay continuidad en el Real Madrid por una apuesta. Igual que el Barcelona presume de cantera y en el Santiago Bernabéu dio una exhibición Sergi Roberto, tiró de jugadores formados en La Fábrica cuando llegaron las lesiones, sacó pecho en rueda de prensa pero a la hora de la verdad su equipo jugó sin un solo canterano madridista y los descartes fueron Nacho Fernández, Álvaro Arbeloa y Lucas Vázquez.
Además, jugadores que han dado la cara cuando hubo lesiones, como Casemiro e Isco, se sienten señalados. Su rendimiento no les ha avalado y en el caso del español con el agravante de haberse entrenado una semana al máximo sin recibir premio. Salió al césped herido en su orgullo y acabó recibiendo una cartulina roja fruto de su frustración. EFE