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La selección española accedió a la final de la Copa Confederaciones, que jugará en Maracaná ante Brasil, tras superar su partido de más sufrimiento en el torneo, con una Italia a la que eliminó en la tanda de penaltis final tras claves como la actuación de Iker Casillas, el acierto de Vicente del Bosque en los cambios, el factor suerte o la ambición por el éxito.

Las claves del pase de España a la final fueron:

1. Reacción en la adversidad: España se encontró con el rival que más le ha hecho sufrir en sus cinco años de gloria. Cesare Prandelli conoce de memoria el juego de la selección y diseñó un planteamiento que no solo disminuyó las virtudes de la Roja sino que además le puso ante las cuerdas en la primera parte. Con superioridad en la medular anuló la zona de construcción y atacó las bandas para, amparado en la figura de Maggio, buscar dos contra unos a los laterales y generar ocasiones. Tras mantenerse en pie en los peores momentos, cuando añoraba la figura de Cesc como falso nueve y hasta la ausencia de Xabi Alonso en la medular, la selección española reaccionó en la adversidad. Igualó fuerzas en la segunda parte y acabó pasando por encima de su rival en la prórroga.

2. Iker, el regreso del santo: necesitaba más que nunca una de esas actuaciones que salva un partido y acerca al equipo al título. Casillas es un portero que pocas veces resta y muchas suma. De los que aparece cuando sus compañeros le necesitan. Dejó dos paradas a Maggio repletas de reflejos que se suman a su historial de intervenciones decisivas para la conquista de Eurocopas y Mundial. En su temporada más difícil, cuando siente más que nunca la presión después de cinco meses de inactividad por su pulso con José Mourinho, Iker demostró que sigue siendo el guardameta más decisivo del mundo. En esta ocasión el destino no le tenía reservado detener ningún penalti de la tanda final. No le hizo falta para ser nombrado jugador del partido y recuperar una parte de la autoestima perdida.

3. Ramos y Piqué, dos centrales inconmensurables: un día más España dejó su portería a cero en una fase final. Lo ha hecho en trece de los dieciséis partidos de las tres últimas fases finales que ha disputado entre Mundial, Eurocopa y Confederaciones. Sergio Ramos y Gerard Piqué tuvieron gran parte de culpa. Dieron una exhibición en el centro de la defensa ate Italia. De colocación, personalidad, rapidez al corte, fuerza en el juego aéreo, sacando la pelota bien jugada e incorporándose con criterio al ataque. No solo mantuvieron al equipo en pie en sus momentos de duda si no que acabaron siendo los jugadores que mejores ocasiones tuvieron de marcar en la prórroga, rompiendo el esquema del rival con sus incorporaciones.

4. Del Bosque, del error en el planteamiento al acierto en los cambios: le ganó de partida el pulso Prandelli con su dibujo táctico. España se vio anulada, no hacía daño cuando tenía el balón y sufría sin él ante la verticalidad italiana. Su estilo perdía brillantez y no llegaba a Buffon. Hasta el minuto 58 la Roja no chutó entre los tres palos. Lo hizo Jesús Navas, el primer cambio que abrió el campo, dio desborde e hizo recular a Italia. La entrada de Juan Mata aumentó la posesión de balón. Y la de Javi Martínez descolocó a todos al hacerlo como delantero centro por la necesidad de altura en una posición en la que Torres ya estaba fundido y él ofrecía trabajo en todo el campo. Ante los que critican a Del Bosque por inmovilista, dejó tres cambios decisivos.

5. La furia por delante del 'tiqui taca': España nunca renunciará a su estilo de toque pero hay días en el que sin espacios para añadir la profundidad necesaria y con menos frescura para tocar e irse, es capaz de cambiar su registro. En Brasil es apodada la furia y la Roja demostró el por qué recuperando aspectos de un estilo pasado, dejándose el alma y dando todo por el triunfo, acabó consiguiendo el premio deseado en la lotería de los penaltis.

6. Ambición por ganar: es lo que hace grande a este grupo de jugadores que están dando a España la mejor etapa de su historia futbolística. Nunca bajan los brazos, ni se ve disminuida su ilusión por ganar pese ya haber conquistado dos Eurocopas y un Mundial. Tienen un nuevo reto, conseguir el título que les falta, y una nueva ilusión, hacerlo con un 'Maracanazo', en un estadio con tanta historia y ante Brasil. El sueño de todos pueden hacerlo realidad.

7. Entereza física: con más de 30 grados de temperatura y un alto nivel de humedad en el estadio Castelão de Fortaleza, España se fue creciendo en el aspecto físico con el paso de los minutos hasta acabar superando a Italia en la prórroga, atropellando a un rival que acabó pagando el tiempo que corrió por destruir el juego de la Roja. La entereza física fue clave para el éxito. Del calor que asfixió y provocó que se rebajase una marcha en el comienzo, a un final pletórico. Será un aspecto clave para la final, con un día menos de descanso que Brasil y encima tras un partido con prórroga.

8. Acierto en la tanda de penaltis: el factor suerte, tan necesario siempre en el camino hacia el éxito, volvió a ponerse del lado de la selección española en la tanda de penaltis. Bonucci disparó a las nubes el séptimo lanzamiento de Italia y España firmó una tanda perfecta. Marcó los siete que lanzó. Con anécdotas como la de Sergio Busquets, marcando el primer penalti de su carrera o Jesús Navas retomando el papel de Cesc hace cinco años. Ese acierto acabó siendo decisivo para acceder a la gran final.