La crisis defensiva del Atlético

Ni siquiera cuando Diego Simeone tomó la dirección del Atlético de Madrid mediado el curso 2011-12, un grupo en caída libre, recién eliminado de la Copa del Rey por un Segunda División B, recibió tantos goles como ahora; la peor temporada con diferencia en ese sentido y en otros desde su llegada, de la que ya se cumple una década, y la evidencia más visible del desequilibrio de un equipo indudablemente en crisis.

La caída es evidente, tanto como la indefinición por la que transita el presente del conjunto rojiblanco, mientras redescubre su identidad, entre el hermetismo defensivo del que partió hace diez años y el aspecto ofensivo, desbordante, contundente y creativo que exhibió durante toda la primera vuelta de la pasada temporada, hoy sin rastro ni de lo uno ni de lo otro cuando parecía que había configurado una de las mejores plantillas de su historia.

Porque ni es el Atlético de antes ni tampoco el del curso pasado. Ni mucho menos se parece a nada de lo que pretende esta campaña, entre el naufragio que acecha en este mes de diciembre; al borde del abismo en la Liga de Campeones, en la que este martes viaja a Oporto a por un triunfo indispensable, que deberá ser por más de un gol de lo que gane el Milan al Liverpool en el caso de hacerlo, y distanciado ya a los diez puntos del liderato en la Liga, con un partido menos que el Real Madrid, al que visita el próximo domingo entre la zozobra actual.

"Este resultado (el 1-2 con el Mallorca) nos lastima y es la realidad", reconoció Simeone, cuyo equipo se desangra desde el origen de todo para él en el armazón de sus equipos: la estructura defensiva. Nunca, quizá, en toda su era al frente del banquillo del Atlético se percibió tal vulnerabilidad. No sólo es una sensación, sino una certeza irrebatible en cuanto se atiende a sus números una vez disputados un volumen de encuentros, veinte, más que apreciable.

Media alta de goles encajados

Con él, jamás el conjunto rojiblanco presentó una media de más de un gol en contra por partido como ahora: 20 compromisos oficiales entre la Liga y la Liga de Campeones, con 23 tantos en contra. Ni sostuvo tan pocas veces (6) su portería a cero. Es la mitad de lo que lo hizo el pasado ejercicio (12) en los primeros 20 choques.

Una grieta de visibles proporciones para un bloque que siempre fue mucho más fiable en su retaguardia de lo que es ahora, como demostró el Mallorca, con la remontada de este sábado (1-2), pero como también habían ahondado antes el Valencia (3-3), el Levante (2-2), la Real Sociedad (2-2) o el Liverpool (2-3 y 2-0). Ni siquiera dos o tres goles a favor en un partido son garantía de éxito para el Atlético en esta temporada, cuando antes con uno le bastaba casi siempre.

Hace un año, diez goles menos en contra y cuatro victorias más

Son seis ejemplos en los últimos diez encuentros del Atlético, cuyo contraste es aún más grande en cuanto se echa la vista hacia atrás.

En los 20 primeros partidos de la pasada campaña, como referencia más cercana, el Atlético recibió diez goles menos. En su gestión, además, marcó sólo cinco goles más (31 de ahora por 36 de entonces, teniendo en cuenta que seis de ellos se los marcó en la primera cita al Granada) para sumar cuatro victorias más que en esta temporada, que también traza un hito de derrotas en la era Simeone: cinco, más que nunca a estas alturas.

Nunca antes había perdido tantos encuentros como ahora ni nunca antes había recibido tantos goles. Aparte del pasado ejercicio, no lo hizo ni en 2011-12, con 11 goles recibidos en los 20 primeros choques desde que asumió Simeone el cargo; ni en 2012-13 (15), ni en 2013-14 (13), ni en 2014-15 (16), ni en 2015-16 (9), ni en 2016-17 (12), ni en 2017-18 (10), ni en 2018-19 (16), ni en 2019-20 (15). Y sólo en una de esos precedentes había ganado menos partidos que ahora: ocho en 2019-20 por los nueve de ahora. Luego reaccionó para ser cuarto.

"Venimos intentando buscarle soluciones, aparecen por momentos, por momentos no"

"Esperemos poder solucionarlo. Venimos intentando buscarle soluciones, aparecen por momentos, por momentos no. A cada situación de medio peligro que puede tener el rival nos están lastimando", repasó Simeone, cuyos cambios tampoco resuelven el conflicto que tiene el Atlético hoy por hoy con el juego y con los triunfos.

Porque el Atlético tiene más problemas que el defensivo. Su ataque es previsible, plano, indeterminado. Tampoco es tan eficaz en sus oportunidades. Y su transición es lenta, cansina, sin el ritmo necesario para desbordar el repliegue de sus adversarios, en unos casos, o responder a la presión en otros, como contra el Milan.

Ante el Oporto se juega el futuro en la Champions

En Oporto, el próximo martes, probablemente le aguardará lo segundo; un jeroglífico de difícil resolución en esta campaña para el técnico argentino y su equipo, en duda porque sólo ha ganado siete de sus últimos 18 partidos oficiales, porque ha recibido 16 goles en sus últimos diez encuentros y porque el Mallorca lo remontó ese sábado en el estadio Wanda Metropolitano.

"Estos partidos o te deprimen o te rebelan. Confío absolutamente en la plantilla que tenemos y en nosotros como cuerpo técnico para trabajar en consecuencia de los futbolistas que tenemos y volver a encaminar los caminos que conocemos", expresó Simeone, que ha insistido casi en cada entrenamiento de las últimas tres semanas en afinar los mecanismos defensivos de su equipo, que sufre más contratiempos para Oporto.

Sin Savic ni Felipe

Stefan Savic sufrió una lesión muscular en el minuto 11 del partido de este sábado. No estará disponible para la visita a Do Dragao, salvo que las pruebas rebajen el periodo de baja. Tampoco Felipe Monteiro, que cumplirá el segundo y último encuentro de sanción que tiene en la Liga de Campeones por su expulsión en Anfield. Y José María Giménez está en duda por una contractura sufrida ante el Cádiz y que ya lo apartó del enfrentamiento de este sábado contra el Mallorca.

A la espera de la evolución del defensa uruguayo, nada más Mario Hermoso está disponible en la nómina de centrales naturales que tiene el técnico argentino en su plantilla. No podría jugar de lateral zurdo, con lo que ese puesto también limitaría sus opciones a Renan Lodi, dentro de una defensa de cuatro hombres.

Si Giménez no está listo, el Cholo deberá apostar como central por algún joven del filial, sin recorrido con el primer equipo y sin experiencia en la Liga de Campeones (Fran González e Ibrahima Camara, este último convocado el sábado ante el Mallorca por Simeone, están inscritos en la lista B de la Liga de Campeones para poder ser empleados por el preparador argentino) o reubicar a algún futbolista de la primera plantilla.

Alternativas

Es mucho más probable lo segundo que lo primero. Ya lo ha hizo con Geoffrey Kondogbia alguna vez, aunque la última referencia como central ante el Liverpool (en una zaga de cinco hombres, ahora está jugando con cuatro) en el Wanda Metropolitano fue improductiva -el centrocampista fue cambiado al descanso- y probó en la pretemporada, aunque también en una estructura de cinco, con Sime Vrsaljko como central derecho, aunque no la ha utilizado en todo el campeonato. Ni siquiera emplea casi al lateral croata en su posición natural de lateral derecho. Sólo ha sido titular en uno de los 20 partidos hasta ahora.

Todo dependerá del estado de Giménez para armar la alineación, que también está pendiente de Yannick Carrasco, fuera ante el Mallorca por unas leves molestias que sufrió hace una semana frente al Cádiz, aunque se espera que el extremo belga esté disponible y sea titular ante el Oporto.

También se prevé que Simeone devolverá igualmente al once a Thomas Lemar, Luis Suárez y Joao Félix. Y seguirán Jan Oblak, Marcos Llorente, Koke Resurrección, Rodrigo de Paul y Antoine Griezmann, según las previsiones, para aliviar la crisis con la clasificación para octavos de final de la Liga de Campeones.