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El Ciudad Ros Casares Valencia se proclamó hoy campeón de la Euroliga, la máxima competición de clubes del baloncesto europeo, al imponerse por 52-65 a un valiente Rivas Ecópolis, que le puso contra las cuerdas pero en el tramo final se derrumbó ante la defensa del equipo valenciano.

En la primera final española de la historia del torneo, el Rivas rozó la sorpresa, pero cuando el Ros Casares se sacudió por fin los nervios, se estrelló contra la defensa del nuevo campeón de la Euroliga, al que en sus peores momentos habían sostenido Silvia Domínguez y Sancho Lyttle, y que en los últimos 15 minutos sólo dejó que su rival sumara cuatro puntos.

El Ciudad Ros Casares Valencia saltó a la pista dispuesto a imponer su guión de la mano de una escurridiza Silvia Domínguez. Tres canastas casi consecutivas de la base dispararon al equipo valenciano, que encontró en Ann Wauters a una eficaz referencia interior y se hizo así con las primeras ventajas.

Fue Anna Cruz quien sacó al Rivas de su aturdimiento inicial. Un par de acciones de la escolta dieron tiempo a que despertaran las estadounidenses Essence Carson y Asjha Jones. Lo hicieron con tiros abiertos que sacaron de su sitio a la defensa del Ros y permitieron al conjunto madrileño igualar el choque (28-28, m.15).

El encuentro entró en un intercambio de canastas que el equipo de Roberto Íñiguez trató de romper imponiendo su físico. Pero tres faltas en ataque consecutivas, dos de ellas de una Yacoubou que estaba dominando los aros, alteraron sus planes y allanaron el camino al Rivas, que se puso por delante por primera vez con dos canastas seguidas de Elisa Aguilar (32-28, m.17).

Con su equipo totalmente atascado en ataque y negado en el tiro exterior, Sílvia Domínguez asumió de nuevo la responsabilidad de las valencianas y evitó con acciones individuales que el castigo fuera mayor antes del descanso, aunque Nicholls permitió al Rivas irse al vestuario con una inesperada renta (37-33, m.20).

El descanso no alteró el guión. El Rivas, con las ideas ofensivas muy claras y acertado en el tiro de media distancia, no dejó de sumar. Bien dirigido por Elisa Aguilar, agujereó una y otra vez la endeble defensa valenciana y supo encontrar de nuevo a Jones. Sólo las acciones individuales de Sancho Lyttle sostenían a un noqueado Ros Casares.

Íñiguez cambió la cara de su equipo cuando estaba contra las cuerdas. Volvieron a la pista Palau, Murphy, Veselá y Yacoubou, y el Ros Casares mejoró, su intensidad defensiva se multiplicó, sacó así partido de los puntos de Lyttle con un parcial 0-8 y recuperó el mando del marcador (48-51, m.30).

El Rivas se atascó y por más que Miguel Méndez buscó soluciones en su banquillo, no las encontró. Llegó entonces el momento de Maya Moore que, con seis puntos seguidos, abrió la brecha definitiva en el marcador.

Los minutos finales fueron un suplicio para el conjunto madrileño, que se mostró incapaz de anotar y que vio como la defensa del Ciudad Ros Casares dio su primer título de Euroliga al conjunto valenciano en su tercera final.