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El derbi madrileño presenta sobre el tapete el duelo de un equipo hecho, el Atlético de Madrid, moldeado a imagen y semejanza de su técnico, el argentino 'Cholo' Simeone, ante otro, el Real Madrid, que aún debe definir un estilo y con el italiano Carlo Ancelotti sin dar con la tecla acertada.

Retoma el testigo Ancelotti del portugués José Mourinho en duelos de máxima rivalidad, en un pulso ante Simeone que cerró el último capítulo sacándose una espina en un día señalado. Las continuas derrotas en los últimos años del Atlético de Madrid ante el eterno rival, en una inferioridad convertida en psicológica, la respondía el argentino con confianza en el futuro: "Llegará, seguro que llegará".

Fue su respuesta en la sala de prensa del Vicente Calderón tras una nueva derrota liguera en Liga ante un Real Madrid en esa ocasión plagado de suplentes. Sabía que la victoria le estaba esperando. La venganza la tenía reservada para la final de Copa del Rey y, para mayor gozo, en el Santiago Bernabéu.

SIMEONE DA PERSONALIDAD AL ATLÉTICO

Ahora Simeone llega muy por encima en cuanto a trabajo táctico respecto al Real Madrid. Ha sabido dar a su equipo la personalidad y coraje suficiente para recortar en el campo la abismal distancia presupuestaria de los equipos. El Atlético de Madrid se ha acercado a su vecino y al Barcelona. Ya les mira a los ojos cada partido gracias a una excelente labor de entrenador.

"Hay que tener en la cabeza que nadie es más importante que nadie, y que cuando alguien lo cree está más cerca del fracaso que del triunfo". Es una frase de un manual de estilo plasmado en un libro llamado 'Efecto Simeone'. Muestra la forma en la que maneja su vestuario. Con una experiencia a sus espaldas que es clave para manejar la psicología del grupo.

Todos son importantes. Asumen su rol individualmente y van a una por el mismo objetivo. El Atlético ha dado el salto que le convierte en un equipo ganador gracias a su mentalidad, a la forma en la que compite, concediendo la misma importancia a un gran partido que un encuentro que le mide a un equipo de la zona baja. El hambre de éxito es señal de identidad de un grupo de jugadores que se mueven en bloque bajo un 4-2-3-1.

El sistema del 'Cholo' se mantiene fiel a un estilo que le ha dado resultado en finales ante grandes del fútbol europeo como Inter de Milán o Chelsea, o frente al mismo Real Madrid en Copa del Rey. Refuerza el factor psicológico y sobre el césped muestra un equipo trabajado que explota como pocos las jugadas de estrategia, que exhibe el conocimiento del técnico de su rival. Enfermo compulsivo del fútbol, Simeone se decide por jugadores que contrarresten las virtudes del conjunto al que se enfrenta e incide en zonas donde se pueden explotar los defectos.

Ahí se encuentra con las acciones a balón parado, mal endémico madridista que no consigue corregir ninguno de sus entrenadores. Ahora también con los malos inicios en los que insiste Ancelotti pero que, de momento, no tienen cura. La apuesta por la experiencia de Tiago si Mario Suárez no se recupera a tiempo, será la principal novedad. Con Koke Resurrección en estado de gracia, y laterales de largo recorrido como Juanfran Torres y Filipe Luis, que si consiguen pasar el examen de frenar dos 'balas' como Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, pueden desequilibrar en sus subidas y atacar a los laterales madridistas en superioridad numérica.

GABI, AL MANDO

Gabi llevará el mando rojiblanco. La calidad de Arda Turan buscará hacer daño entre líneas con Diego Costa en el momento más dulce de su carrera, prometiendo guerra a los centrales Pepe y Sergio Ramos, más David Villa soñando con nuevos goles para la historia.

La batalla táctica que se avecina tiene un perfil rojiblanco reconocible, pero el blanco está por decidir. A Ancelotti aún se le espera, después de dos meses de trabajo que no plasman sus ideas. Comenzó en pretemporada con un ofensivo 4-3-3, prometiendo toque y espectáculo. Lo transformó por las cualidades de sus futbolistas en un 4-2-3-1 para juntar en el mismo once la calidad de Isco Alarcón, Luka Modric y Mesut Özil.

La marcha del genio alemán y la llegada de Bale ha dado un vuelco a las ideas de Ancelotti. Sobre la marcha ha intentado cambiar su mensaje. De ser protagonista y querer siempre la posesión, a anunciar que se puede llegar a la portería rival en tres toques y que, como buen italiano, no renuncia al contraataque. El Real Madrid regresa al punto de partida.

UN REAL MADRID, A LA CONTRA

Recupera la contra más letal del planeta futbolístico amparado en jugadores de la velocidad de Cristiano, Bale y Di María. El derbi será el primer gran día de Bale en su estreno en el Bernabéu, donde la magia la pone Isco y la sombra de la duda acecha a Karim Benzema.

La única duda de Ancelotti está en el doble pivote. Meter músculo para contener al rival y cubrir las lagunas defensivas de sus jugadores ofensivos, juntando a Asier Illarramendi con Sami Khedira, o lanzar un mensaje de buen fútbol con Modric. De momento ha tenido tanta valentía como mal juego. Las victorias no esconden la poca brillantez de un equipo que aún no sabe a que juega y que afronta su primer examen serio. Ancelloti contra Simeone, llega el primer duelo.