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Mikel San José, con un impresionante golazo desde el medio campo que abrió el marcador, y Aritz Aduriz, con un 'triplete' para la historia del equipo vasco, han liderado una noche de ensueño del Athletic Club ante el FC Barcelona, un choque que ha terminado 4-0 y ha dejado más que encauzada la Supercopa de España para el conjunto rojiblanco de cara a la vuelta.

San José marcó desde casi 50 metros, desde el círculo central, en los minutos de dudas de Ter Stegen en la primera mitad y Aduriz apuntilló al Barcelona con tres goles de todos los estilos, con uno de sus estratosféricos cabezazos, oportunista en el área grande y de penalti. Todos ellos con Dani Alves como desgraciado protagonista.

REPASO VASCO

Los errores del lateral brasileño no hicieron sino penalizar el mal partido del plan 'B' de Luis Enrique de la delantera hacia atrás y hacer casi imposible el que hubiese sido el quinto título del ansiado sextuplete blaugrana.

El Athletic se ha redimido así de sus numerosas decepciones en finales de los últimos años, la mayoría de las veces además ante el Barcelona, y que se ve con la posibilidad de sumar su primer título en 31 años. Curiosamente, el último también fue una Supercopa, la primera que obtuvo. La que sumó sin jugar en su condición de campeón de Liga y Copa. Curiosamente, también, lo que es ahora el Barcelona.

Arrancó el partido con una posesión eterna del Barcelona, diez primeros minutos en los que el Athletic no hizo sino correr tras el esféricos y unos jugadores visitantes que, no obstante, no lograban profundizar.

Se diría que el los de cules pretendían domar el ímpetu en la salida al campo de los leones. Ya así fue durante un rato. Hasta que los locales consiguieron merodear con peligro la primera vez la meta de Ter Stegen.

Sería precisamente el meta alemán quien con sus fallos en una suerte que domina como pocos, el juego con balón, el que diera aire al Athletic con su primer error de calado. Un mal despeje que acabó con un disparo de Eraso al lateral de la red, ajustado al palo, que él mismo despejó a córner. Agobios para los hoy cuatribarrados en el primer saque de esquina y apuros también en el segundo.

Se instalaron las dudas entre los de Luis Enrique a la hora de sacar el balón desde atrás, cada vez más agobiados por una presión rojiblanca cada vez más ajustada e intensa.

Dudas sobre todo en la cabeza de Ter Stegen, que despejó ya fuera del área de una manera un tanto ingenua, hacia el centro y a la zona más poblada del campo, el círculo central.

Allí, donde lo único que suelen darse es disputas y más disputas, San José se relamía con el bombón que le caía a los pies y, raudo pero con la pausa precisa, mostró el buen golpeo de balón del que dispone. El disparo, perfecto, buscó la escuadra derecha de la meta de un Ter Stegen que pronto vio que no llegaba al despeje. Un golazo de los de deleitarse con él viéndolo muchas veces.

Un codazo de Suárez a Balenziaga en una disputa ya fuera del campo aunque con el balón por medio dio paso a unos minutos de afirmación local y cierta sorpresa visitante, con dos contras desaprovechadas por Susaeta y Sabin.

Pero Pedro, hoy titular, se quería reivindicar y le buscó las cosquillas a la defensa local en las dos jugadas más peligrosas de su equipo en jugada. En la primera, ya en el minuto 27, le apuró Iraizoz y su centro a la zona de máximo peligro lo despejó San José a córner; y en la segunda Beñat tuvo que cortar su colada irremediable hacia un mano a mano con el meta local.

Consecuencia de ello, la primera y única aparición de Messi antes del descanso. A balón parado. El astro argentino quiso emular su excelsa tarde de Tiflis en la estrategia y buscó la escuadra derecha de Iraizoz, que respondió con un paradón enorme. Despejó a córner el navarro, pero ni se sacó porque González González mandó a todos por primera vez a los vestuarios.

Salió espoleado el Barça en la segunda mitad y lamió el 1-1 en dos grandes oportunidades. La primera, tras un despeje defectuoso de Laporte, Pedro la estrelló en el larguero; y en la segunda, Messi, que recibió de Suárez, se encontró por segunda vez con Iraizoz.

Cuando todo se encaminaba a que se restableciese la igualada inicial, entre el canterano Sabin y Aduriz se fabricaron el 2-0, otro golazo, y el Barçá, en una noche especialmente aciaga para Alves, protagonista negativo en los tres goles que significaron el increíble desplome de su equipo.

Al lateral brasileño se le fue Sabin por la banda y por la banda y la línea de fondo para que Aduriz mostrase una vez más su vocación de piloto de helicóptero con un cabezazo en las alturas por encima de Mascherano.

De un más despeje de Alves a un centro desde la derecha de Susaeta llegó el 3-0. La anduvo suelta un rato por el área hasta que le cayó a Aduriz, que la mandó de nuevo a la red. Como hizo también con el penalti de la frustración que cometió, casi irresponsablemente, Alves en un córner.

Fueron quince minutos de ensueño para un Athletic que llegó a este partido falto de gol, pero con Aduriz, que en esa máxima expresión del fútbol es una garantía. Y un seguro para un choque de vuelta al que arribarán los de Valverde después de vivir, por una vez, una noche mágica ante el Barcelona. Que parecía imposible.