2-5. El infortunio doblega al Inter en la semifinal de la Champions

En ninguno de los 40 minutos de la semifinal de la Liga de Campeones fue por delante en el marcador el Movistar Inter, eliminado por el Sporting Lisboa, el infortunio, las circunstancias y la falta de pegada, casi siempre por detrás en el marcador y a contracorriente, doblegado por los detalles (2-5).

En el primer tiempo lo penalizaron dos rebotes definitivos en los dos primeros goles, cuando logró el 1-1 encajó el 1-2 de forma inmediata y cuando avistó luego el empate, ya en el segundo periodo, con un ejercicio de insistencia, se quedó en nada porque enfrente estaba Guitta o porque ni se acercó a la eficacia de su adversario.

Entre todos esos parámetros, el Inter perdió un partido duro, sin tregua desde el principio. Ni siquiera por la posesión más intranscendente. Intensidad, agresividad, fricción, golpes, exageraciones, faltas... Todo dentro de una tensión que incluso pareció desmedida al principio en el Sporting, que promovió un enfrentamiento constante en cada sector, por cada balón.

No se acobardó el Inter en esa pugna. Cierto que le costó un rato acomodarse al escenario, quizá por esa falta de experiencia en un torneo de este tipo de muchos de sus futbolistas, igual que recibió el 1-0 de forma fortuita, desafortunada con uno de los mejores, sino el mejor, el jueves en cuartos de final: el portero Jesús Herrero.

Interceptó un saque de banda, su despeje salió hacia atrás, rebotado entre sus propias piernas, directo a su portería. Cavinato sólo tuvo que empujar la pelota. En un minuto y 24 segundos. Pero ni siquiera tal contratiempo redujo al Inter, que surgió inconformista con esa situación, rebelado también contra las circunstancias.

No rehuyó la pelea. Ni se fue del partido. Es más creció en él, merecedor del 1-1 mucho antes de conseguirlo, porque ya había tenido algunas opciones clarísimas -por ejemplo una de Pola casi bajo la línea, cuyo remate salió hacia atrás- antes de que Borja sumara el empate en el minuto 12 de la misma forma: Raya asistió, él marcó.

Tanto costó como tan poco duró, de nuevo por el infortunio: 16 segundos después, Guitta, el guardameta del Sporting, avanzó, se preparó y disparó potente. Iba fuera, de no ser porque se encontró en su trayectoria con el involuntario rebote en el cuerpo de Borja, que cambió el rumbo de forma decisiva hacia dentro de su portería.

También surgió en su propio área Guitta para frustrar al Inter en unas cuantas ocasiones, esencial para sostener en algún momento a su equipo, igualmente aliviado porque tampoco era el día del conjunto madrileño en cuanto a la pegada en ataque, sin la precisión final que diferencia una oportunidad de un gol, un pase de una asistencia.

Goles portugueses

Y, de pronto, Taynan conectó un zurdazo lejano que despejó Jesús Herrero, que chocó con el poste y que terminó en gol, en el 1-3, aún a falta de un mundo para el final, 16 minutos. Cuando quedaban la mitad, ocho, el rebote le benefició a él: el córner lo sacó Lucas Tripodi y el desvío de Tomas Paço lo alojó en su propia portería.

No bastó tampoco, porque recibió después el 2-4 de Pany Varela, con una buena maniobra y un potente zurdazo, y porque Erick, desde su territorio, ya con el Inter volcado con el juego de cinco, culminó la derrota del equipo madrileño con el 2-5 sin portero. El Sporting, a la final. Su rival será el Barça o el Kairat Almaty.