El madrileño Eduardo Méndez se ha convertido en el ganador del XXIX Campeonato de España de Ajedrez para Ciegos, competición que se desarrolló en la localidad gaditana de San Fernando bajo el sistema suizo de siete rondas y con la participación de veintiséis jugadores.
Por detrás del vencedor, que se adjudicó el torneo tras vencer en seis de sus partidas y perder solo una, quedaron el gaditano Antonio Quintero, el madrileño José Luis Fernández Coya y José Manuel Vela, también de Cádiz.
Plaza directa al Europeo
Los cuatro son los representantes españoles que han obtenido plaza directa para el Europeo Individual de Serbia, aplazado hasta el próximo año, según informó este martes en un comunicado el organizador del Nacional, la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC).
En el apartado femenino de la competición, celebrada en el Hotel Bahía Sur de Cádiz, la campeona fue la madrileña Victoria Torres, que luchó por el título con la tinerfeña Carmen Montilla.
Además, el recién proclamado campeón juvenil, Aarón San Juan, de Ponferrada (León), fue décimo en este torneo absoluto, mientras que el más veterano de todos, el tinerfeño Jaime García Lorenzo (71 años) fue vigésimo.
Campeón juvenil en 2018
Eduardo Méndez perdió su tercera partida pero, lejos de venirse abajo, supo concentrarse al máximo hasta el último día de competición. Cabe destacar que el ganador participó a principios de mes en el curso de excelencia y perfeccionamiento impartido por el Maestro José Vicente Jiménez en Trevías (Asturias).
"Eduardo Méndez es la nueva generación, quedó campeón juvenil hace unos años y va adquiriendo experiencia", ha señalado el técnico de ajedrez de la FEDC, Pablo Martínez. Añade también que una de las claves de la competición ha sido el cambio de normativa para evitar acuerdo de tablas prematuras, lo que ha provocado "mucha lucha" en todas las partidas.
Así es el ajedrez para ciegos
Para la práctica del ajedrez, los ciegos tienen una serie de adaptaciones como en el tablero, que cuenta con los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto.
Además, las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas y cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las figuras a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior.
Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan también en dos tableros y cada contendiente mueve las piezas en el suyo de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de las partidas de ajedrez, por su parte, disponen de un mecanismo de voz con auriculares para que cada participante pueda acceder al tiempo de juego.