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Las medallas Olímpicas de los Juegos Rio 2016 rescatan la relación entre la fuerza del héroe Olímpico y las fuerzas de la naturaleza. La hoja del laurel, símbolo de las victorias y las conquistas, fue escogida como el elemento natural para hacer de eslabón con los campeones de los Juegos, retomando esa conexión histórica. Rediseñada con trazos orgánicos y fluidos, las medallas exhiben texturas y relieves que exponen la fuerza y la energía de Brasil.

La otra cara de las medallas, como es tradicional en todas las ediciones de los Juegos, lleva la imagen de la Diosa Nike, teniendo como fondo el Estadio Panathinaikó y la Acrópolis, símbolos de los Juegos de la Antigüedad realizados en Grecia.

Las medallas Olímpicas de los Juegos Rio 2016 fueron diseñadas teniendo en cuenta aspectos sustentables y fueron fabricadas por la Casa de la Moneda de Brasil. La medalla de oro es 100% libre de mercurio. Las medallas de plata y de bronce tienen 30% de su material reciclado.

Las cintas llevan en su composición 50% de PET reciclado. Los estuches de las medallas, con forma de guijarro, fueron producidos con madera certificada FSC (Forest Stewardship Council®), garantizándose su procedencia de áreas con manejo ambiental sostenible y socialmente responsables.

EL ORIGEN

La historia de las medallas se remonta a los Juegos de la Antiguedad, cuando solamente un ganador recibía, como premio, una corona de hojas de olivo. Según la leyenda, las hojas eran retiradas de un olivo sagrado, próximo al templo de Zeus, en Olimpia.

En los primeros Juegos de la era moderna, Atenas 1896, el que venciese una competición celebraba el triunfo recibiendo, además de la corona, una medalla de plata y un diploma. Los Juegos St. Luis 1904 fueron los primeros a distribuir medallas de oro, plata y bronce a los tres primeros colocados.

Fue también en St. Luis 1904 que las medallas ganaron una cinta de color para prenderse del pecho de los atletas. Solamente a partir de Roma 1960 se pasaron a colgar del cuello de los campeones.