Una nueva Muguruza en Melbourne
Su mente parece más calmada, reflexiva y tranquila. Ha aprendido a modular sus defensas
Buscará las semifinales ante la estadounidense Coco Vandeweghe
Tres partidos, solo tres victorias necesita la española Garbiñe Muguruza para alzarse con el segundo Grand Slam de su carrera, en un inicio de temporada en el que parece haber serenado su juego hasta tal punto que puede hablarse de una nueva Garbi.
De la finalista en Wimbledon en 2015 y la campeona de Roland Garros en 2016 siguen quedando sus poderosos golpes y su agresividad innata, pero ahora su mente parece más calmada, reflexiva y tranquila. Ha aprendido a modular sus defensas, cuando la ocasión lo requiere, en vez de pegar sin ton ni son como antaño.
"EN LA PISTA TIENES QUE LIDIAR CON LOS DEMONIOS"
"En la pista hay que lidiar con los demonios", dijo este domingo tras vencer a la rumana Sorana Cirstea y atravesar por fin la barrera de los octavos de final, para plantarse por primera vez en los cuartos de Melbourne.
"Estoy muy contenta con esta victoria, porque en los últimos tres años esta ronda me costaba y estoy emocionada por ello", expresó Garbiñe, que en este proceso parece haber aprendido a contenerse en la pista. "A principios de año decidí que no me iba a callar, y decir lo que pensaba, sin contenerme, ser natural como soy siempre", comentó sobre su estado de ánimo.
"En la pista tienes que lidiar con los demonios, con la tranquilidad, con los nervios, y ahí sí tienes que calmarte y meterlo dentro de alguna manera", apuntó al analizar su proceso de reconstrucción como jugadora.
"AHORA VIENEN LAS BATALLAS"
"Es difícil controlar los nervios, porque tienes responsabilidad", aludió Garbiñe a su compromiso con mejorar su actuación en el estado de Victoria. "Ahora vienen las batallas, "tienes que concentrarte, ahorrar toda la energía que puedas y lo que te quede darlo en la pista", expresó Muguruza.
"La clave es que ha crecido con la exigencia de la perfección y eso le genera muchas cosas", señala alguien de su entorno. "Ella misma se pone mucha presión y eso es lo que está desbloqueando ahora". "Toda esa actitud en pista el año pasado era su forma de luchar con sus propias ganas de ganar y pelear. Viéndola en la tele parecía que no quería luchar. Y lo único que hacia era luchar y querer ganar. Su rabia le bloqueaba", añade la fuente.
No jugará la española en cuartos contra la alemana Angelique Kerber como apuntaba la lógica, porque la estadounidense Coco Vandeweghe se impuso a la germana, con 30 golpes ganadores, dejando el puesto de número uno a merced de lo que haga Serena Williams.
UNA ESTADUNIDENSE, OBSTÁCULO PARA LLEGAR A LAS 'SEMIS'
Hasta este domingo, Vandeweghe solo había estado una vez en los cuartos de un Grand Slam, en Wimbledon hace dos años, pero la neoyorquina de 1,85 metros, jugadora de buen saque y volea, está en racha y confianza tras llegar a Australia después de haber perdido siete de los últimos diez encuentros.
"Es un año nuevo. Es la primera vez que he vencido a una número uno, y es especial porque es en un Grand Slam. Creo que eso hace todo más dulce", precisó. La americana ha ganado dos veces a Garbiñe en la hierba de Hertogenbosch (7-6 y 6-1)) y Wimbledon (6-3, 3-6 y 7-5) ), en ambas ocasiones en 2014. Pero la última fue para la española en Cincinnati el año pasado (7-6 y 6-2).
COCO: "RIVAL DURA"
"Es una dura rival, muy diferente a la de esta noche", dijo Coco tras ganar a Kerber, "trataré de dormir y estar recuperada para ese encuentro", señaló la estadounidense, 35 del mundo. "Es un duelo interesante porque ella tiene un estilo diferente (al de Kerber), el suyo es agresivo también", zanjó sobre Garbiñe. "Va a jugar de esa manera, y no hay otra. Para mí depende si pueda mantener la pegada con ella y tomar la iniciativa".
Garbiñe fue al grano directamente, sobre Vandeweghe: "Es una jugadora incómoda, tiene mucha potencia en todos los golpes, saca bien. Puede jugar muy bien", aseguró. Con casi 33 grados a primera hora de la mañana, Garbiñe se despertó pronto y se entrenó en Melbourne Park casi de las primeras. Sigue su rutina, y amparándose en la confianza y experiencia de Sam Sumyk su entrenador, disfruta este año en el primer Grande, a la espera de su oportunidad.
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