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Real Madrid y Barcelona se aprestan a dirimir el segundo partido, el segundo clásico, de la serie final por el título con una clara dualidad entre el cielo y el infierno, dependiendo del resultado que se dé en el Palacio de deportes madrileño.

El cielo y el infierno, no obstante, varían dependiendo del punto de vista. Un 2-0 sería el cielo para el Real Madrid y el infierno para el Barcelona, mientras que un empate a uno haría que ambos conceptos cambiaran de equipo.

Otro ángulo de vista avisa de que todos los equipos que se lograron colocar 1-0 en una serie a cinco partidos en el 'playoff final' acabaron levantando el título. Y así en las diecisiete ocasiones en que se ha dirimido el título con este sistema de juego.

Analizando algunos aspectos de juego del 1-0, un gran Barcelona no pudo ganar a un gris Real Madrid, que no contó con los Nikola Mirotic y Jaycee Carroll habituales, aunque los Sergios (Llull y Rodríguez) estuvieron hiperactivos, especialmente en los minutos importantes.

El Real Madrid tuvo peor porcentaje de tiros de dos, metió menos triples, dio menos asistencias y recuperó menos balones que el Barcelona, pero ganó al capturar más rebotes y, sobre todo, anotar más tiros libres.

LAS SENSACIONES NO FAVORECEN AL BARÇA

Fuera de las estadísticas, las sensaciones tampoco favorecen al Barcelona, que dominó durante gran parte del encuentro pero que se dejó remontar diez puntos de ventaja en los últimos nueve minutos, una situación muy parecida a la que ocurrió en la Final a cuatro de la Euroliga en Londres, entre los mismos protagonistas.

La anécdota de la última jugada de Víctor Sada fue sólo ese puntito de pimienta que un enfrentamiento de estas características siempre lleva implícito. De hecho, revisando las imágenes es imposible discernir si hubo personal y quién fue el último en tocar el balón.

Dicho todo esto, lo que parece claro es que el Barcelona sabe manejar mejor estos partidos decisivos en su desarrollo global, aunque el Real Madrid se ha sacudido por completo esa especie de 'complejo' que le atenazó en temporadas anteriores y que, siguiendo su inercia de todo el año, compite hasta el final, aunque sea a la heroica.

Pablo Laso y Xavi Pascual habrán analizado, juntos con sus ayudantes y jugadores, todas las aristas del primer partido y saldrán dispuestos a mejorar sus prestaciones y a reducir las del rival, pero después llegarán los 'pequeños detalles' a los que siempre se refieren los entrenadores.

Así que serán los jugadores, como siempre, con sus aciertos y errores los que determinen quién se instala en el cielo y quién en el infierno.

El técnico del Real Madrid Pablo Laso ha asegurado que si su equipo quiere ganar el segundo partido de la fase final de los 'play-offs' ante el Barcelona el próximo martes, tras conseguir el pasado domingo un triunfo en el primero de los duelos, tendrá que jugar "mucho mejor".

"Yo siempre espero al mejor Barcelona, y más en un equipo con jugadores de tanta calidad. Sé que si queremos ganar mañana tendremos que jugar seguro mejor que el domingo. Estamos en una final de Liga Endesa, dos equipos de los mejores de Europa, partidos muy difíciles como son todos los de los 'play-offs'", afirmó este lunes durante la rueda de prensa.