El tercer partido del playoff de cuartos de final de la Euroliga entre el Real Madrid y el Panathinaikos (1-1) viene marcado por el regreso, ocho meses y medio después, de Sergio Llull, una circunstancia que rearma al equipo español en lo moral antes de una nueva batalla con los griegos.
"Rendirse nunca fue una opción! Llegó la hora! Contento de volver a una convocatoria. Nos vemos mañana Palacio!". El mensaje de Llull vía red social fue claro, también el de su entrenador Pablo Laso en su comparecencia en la previa: "Llull va a jugar mañana".
OCHO MESES SIN JUGAR
Dicho esto, la eliminatoria está 1-1 y el base internacional español, que hay que repetir que lleva ocho meses y medio sin jugar un partido, no va a ser, casi con total seguridad, un elemento desequilibrante en el partido.
Moralmente el equipo y la afición saldrán con un plus de entusiasmo, pero como se encargo de recalcar Laso, "mañana todo esto no nos da nada, el partido empieza cero a cero igual", comentó.
No hay ningún partido igual a otro y seguro que el tercer asalto no será tan desproporcionado como el primero, en el que el Panathinaikos barrió al Real Madrid, y si más parecido al segundo en el que el equipo español supo renacer de sus cenizas, igualar la intensidad del rival y acabar igualando la eliminatoria y recuperando el factor campo.
DOS CONOCIDOS DE SOBRA
Los dos equipos se conocían sobradamente, pero tras estos dos primeros lances apenas queda margen de sorpresa. La primera clave, sobre todo para el Real Madrid, será igualar el nivel de dureza física e intensidad de los jugadores del equipo griego. A partir de ahí, la táctica, la paciencia en ataque y cuando las cosas no salgan rodadas y el marcador se decante en contra, será importante.
La velocidad de los hombres altos del Panathinaikos hay que contrarrestarla con una defensa plena de ayudas y con capacidad de recuperación, pero también habrá que tener un buen porcentaje de acierto porque los griegos también saben hacer puntos desde el exterior.
Será una batalla en toda regla pero con un nuevo jugador en el acta del partido, con Llull. Es demasiado pronto para que el jugador que todos conocen y han añorado durante toda la temporada pueda echarse un partido sobre la espalda, pero aún sin jugar puede ser importante.