"Soy un chico de barrio". Se define así Edmundo Bal, de Cuatro Caminos. Albert Rivera fichó para Ciudadanos a este abogado del Estado por "su valentía".
Se negó a cambiar su calificación de "rebelión" del intento secesionista en Cataluña y se enfrentó a la ministra de Justicia. Su prestigio ya se lo había ganado Bal como acusador de la corrupción del PP en la Gürtel.
Y como portavoz en el Congreso se convirtió en el látigo contra en nacionalismo y contra Podemos.
Su solidez jurídica y en los argumentos le convirtió en el pilar fundamental para Inés Arrimadas cuando se puso al frente de Ciudadanos tras la salida de Albert Rivera.
Ahora, solo el empeño de su líder y de Ignacio Aguado le han dado el paso de su candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
Edmundo Bal representa una figura inusual, con dos hijos en la universidad pública, motero y rockero, como demostró en la campaña electoral catalana. También es un hombre de carácter.
Así se lanza a la misión de salvar a Ciudadanos en Madrid.