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Pedro Sánchez, la insistencia
Estuvo a punto de quedar en el olvido, pero renació de sus cenizas. Cuando Pedro Sánchez dimitió como secretario general del PSOE en octubre de 2016 y dejó también su acta de diputado, pocos, por no decir nadie y menos los de su partido, habrían imaginado que tres años después se lo iban a encontrar al frente del Gobierno de España, convocando unas elecciones generales y concurriendo como candidato a ellas. Y en este 2019 lo hace por partida doble, tras el fracaso en las negociaciones con Unidas Podemos para formar gobierno tras las elecciones del 28 de abril.
Para todos entonces, éste habría sido un escenario surrealista. Sin embargo, en 2019 no es más que la realidad. Tras superar complicados avatares, tanto dentro como fuera de su partido, Sánchez ha logrado llegar a lo más alto y sigue peleando por mantenerse.
Duro de roer
Pedro Sánchez Pérez-Castejón nació en Madrid el 29 de febrero de 1972 y desde 1993 milita en el PSOE, donde ha ocupado numerosos cargos y del que es actualmente secretario general desde 2017, año en el que accedió por segunda vez al cargo. Pero su logro más importante ha sido llegar a ser investido como presidente del Gobierno de España, un sueño que cumple en 2018.
La historia del camino recorrido por Pedro Sánchez para alcanzar su gran sueño le presenta como el increíble hombre creciente, un político al que echaron y dieron por muerto sus propios compañeros socialistas y no sólo ‘resucitó’, sino que acabó echándolos a ellos.
De cómo llegar a la cumbre
Primero con su tenacidad que le sirvió para recuperar la secretaría general del PSOE tras unas primarias donde derrotó a candidatos tan poderosos como Patxi López y Susana Díaz, cuyo triunfo parecía cantado. Y es que Pedro Sánchez, también llamado “Pedro el guapo” por algunos en su partido, se trabajó a pie de calle a la militancia socialista con gran esfuerzo y logró renacer y liderar el PSOE por segunda vez. Tras dimitir en 2016, volvió a la secretaría general del PSOE un año después.
Y segundo, llegando a La Moncloa con 84 diputados y a través de una moción de censura interpuesta contra Mariano Rajoy en la que tuvo que aglutinar a casi todo el arco parlamentario y aceptar, sin que se le cayeran los anillos, que lo hayan sostenido en el poder hasta la actualidad los independentistas catalanes y los de Bildu.
Pese a ello, Pedro Sánchez negó y niega que negociase con los independentistas: "No hubo nada de eso, jamás negocié con los separatistas su apoyo a mi investidura". Así que aquí aparece una de las cualidades que le han encumbrado, su gran habilidad política. Pero resulta que esta "deuda" sigue pendiente de calibrarse después de las palabras en primavera del líder del PSC, Miquel Iceta, que ha hablado de buscar una opción si el independentismo alcanzaba en Cataluña el 65% de apoyo.
En las elecciones del pasado 28 de abril esto no le pasó mucha factura. Tampoco el lanzamiento por Sánchez y su Gobierno de la idea del ‘relator’ para Cataluña después de la reunión con el presidente catalán, Quim Torra. Una especie de "despropósito" (calificado así por muchos socialistas) del que Sánchez acabó teniendo que volverse atrás por la encendida polémica que provocó en todos los ámbitos y especialmente dentro de su propio partido, donde no le ahorraron todo tipo de descalificaciones por su "insensatez".
Ahora vuelve a presentarse a unas elecciones generales con la reciente sentencia del 'procés' aún caliente, igual que las protestas en Cataluña que han terminado con un carácter violento no visto hasta ahora. La gestión del Gobierno en funciones está siendo muy analizada y las crítica no han faltado.
Pese a lo que afirmó sobre los pactos con los independentistas, Sánchez volvió antes de las elecciones del 28-A a reeditar los acuerdos con quienes le apoyaron en la moción de censura que le aupó a La Moncloa. Así, logró la aprobación de seis decretos ley en la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados, unas medidas polémicas por el gasto social, adoptadas en los llamados por sus rivales "viernes sociales", que, sin embargo, impuso en plena etapa electoral sin que nada le frenara y sin que le importaran de quién le vienen los apoyos.
De esos decretos han salido medidas de calado y gran aceptación social, como la ampliación del permiso de paternidad o el subsidio para mayores de 52 años. En total, Pedro Sánchez ha aprobado más de 30 decretos en su corta legislatura, todo un récord y superando a presidentes anteriores.
Biografía con correcciones
Pero antes de que todo esto le proporcionara ver su sueño de poder cumplido, entre 2014 y 2016 fue candidato a la Presidencia del Gobierno cosechando uno de los peores resultados para el PSOE, lo que desembocó en las fuertes presiones internas que le llevaron a la dimisión antes descrita.
Según su actual biografía oficial, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por el Real Colegio Universitario María Cristina, un centro adscrito a la Universidad Complutense de Madrid.
Posteriormente, y siguiendo con los datos oficiales, cursó dos estudios de posgrado: Máster en Economía de la UE por la Universidad Libre de Bruselas y Diplomado en Estudios Avanzados en Integración Económica y Monetaria Europea por el Instituto Universitario Ortega y Gasset. En 2012, Sánchez se doctoró en Economía por la Universidad Camilo José Cela, donde ejerció de profesor de Economía.
No obstante, Sánchez ha tenido que corregir algunos datos de su biografía y, por ejemplo, donde antes ponía que había sido “jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia durante la Guerra de Kosovo” ahora pone que “fue miembro del gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia Herzegovina”.
Pero ya en el poder, Sánchez tuvo que defenderse y hacer luz a cuenta de las acusaciones de plagio de su tesis doctoral, que defendió en noviembre de 2012, y que tuvo que hacer pública en septiembre de 2018, en formato digital, tras el revuelo mediático que se armó. “En un intento torticero de emplear bulos y rabia a partes iguales, ha sido cuestionado sin ningún fundamento", dijo Sánchez entonces al respecto.
Pedro Sánchez está casado con Begoña Gómez desde el 2006 y el matrimonio tiene dos hijas. La pareja contrajo matrimonio civil poco después del nacimiento de Ainhoa, su hija mayor. Su esposa, directora del Africa Centre, un grupo del Instituto de Empresa desde agosto de 2018, tiene un papel activo y le ha acompañado y participado en diversos eventos desde que su marido llegó al Gobierno.
Sánchez es muy aficionado al deporte y especialmente al baloncesto, que ha practicado de forma habitual. Además, fue jugador del Estudiantes hasta los 21 años.
Con su mujer, Pedro Sánchez comparte muchas de sus aficiones como la playa y los conciertos, afición esta última que le ha dado más de un disgusto. En concreto le llovieron las críticas de la oposición por el uso que hizo del avión oficial Falcon 900B del Ejército del Aire el pasado 20 de julio de 2018 para asistir, entre otros actos, al concierto de The Killers en Festival Internacional de Benicàssim (FIB). También recibió críticas por el uso de recursos públicos para sus actividades privadas por su desplazamiento en helicóptero oficial a la boda de su cuñado.
El manual de su resistencia y su colchón
No serían las únicas. Recientemente, y ya a las puertas de la campaña electoral del 28-A, Pedro Sánchez lanzó su libro con el título de 'Manual de resistencia' (febrero de 2019) y volvía a ser pionero: por primera vez en la historia de la democracia española un presidente hace público un libro biográfico estando en el ejercicio del cargo.
Del libro llamó mucho la atención cómo describió su entrada a la Moncloa. Su primera decisión, cambiar el colchón. Leemos: "Esa primera decisión fue renovar el colchón de la cama de matrimonio y pintar nuestra habitación del Palacio de la Moncloa”. Sigue narrando y acaba por decir que “el refranero asegura que ‘dos que duermen en el mismo colchón acaban siendo de la misma opinión’, y yo quería mantener mi criterio alejado del de mi predecesor”.
De este libro (escrito por la actual secretaria de Estado de la España Global, Irene Lozano) encontramos también algunas pinceladas de cómo es y cómo se ve a sí mismo Pedro Sánchez. Por ejemplo, cuando narra su éxito al frente del PSOE: “Todo fue terriblemente duro. Me permitió saber a quién podía considerar mi amigo y a quién no. Al llegar a casa, Begoña me esperaba con lágrimas en los ojos, porque no entendía bien lo que había sucedido. Empecé a cobrar conciencia de la capacidad de resistencia que yo podía llegar a tener”.
Franco como obsesión
Y resistencia es también lo que ha tenido en su obsesión principal en esta su etapa al frente del Gobierno: la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos. Para el 28-A llegó sin haberlo podido materializar, pero para este 10-N todo es bien diferente. La exhumación ha tenido lugar dos semanas antes del paso por las urnas y la oposición ha criticado el carácter "electoralista" que ha tenido Sánchez con este asunto. Ha sido criticado el hecho de que la exhumación se produjera el día en el que se hicieron públicos los datos de la EPA, que reflejan un aumento del paro, y no ha gustado la comparecencia institucional de Sánchez a las tres de la tarde, durante los informativos de las televisiones, para mostrar su reflexión sobre el traslado de los restos de Franco.
No obstante, lo que sin duda no le ha salido bien en esta etapa ha sido la aprobación de los Presupuestos Generales y no ha sido, desde luego, porque no se empeñara a fondo. Los independentistas catalanes le dieron la espalda, lo que le abocó a convocar elecciones generales.
Otro varapalo para Sánchez en su corta legislatura ha sido Andalucía, donde el PSOE perdió tras 36 años en el poder autonómico. Una sonada caída en la que han tenido mucho que ver sus no ocultadas discrepancias con su compañera y rival Susana Díaz.
El fracaso con Unidas Podemos
La falta de entendimiento con Pablo Iglesias ha protagonizado la agenda política de Pedro Sánchez en los últimos meses. PSOE y Unidas Podemos han buscado un pacto para la formación de un nuevo gobierno tras el 28 de abril y las negociaciones no han llegado a buen puerto, con una sesión de investidura fracasada el pasado mes de julio. Pedro Sánchez se convirtió así en el único dirigente en fracasar dos veces en su intento de convertirse en presidente del Gobierno.
Por ello mismo el PSOE para este 10-N reclama el concepto de voto útil para obtener una mayoría más importante y no depender así tanto de Unidas Podemos, partido al que Sánchez pretende frenar sus ambiciones de crear un gobierno de coalición. 'Ahora sí' dice su eslogan de campaña. Ejemplo de su insistencia.
“Soy una persona hecha a mí misma”
Finalmente Pedro Sánchez ha aguantado en La Moncloa desde el 1 de junio de 2018. Ha tenido que convocar dos elecciones elecciones que pensaba dilatar aunque dijo en su discurso de investidura lo contrario, que las convocaría de manera inmediata.
El afán de poder, su habilidad para adecuar el discurso sin que sea un impedimento lo dicho con anterioridad, pero también su autoestima y su espíritu luchador, explican de forma suficiente cómo Pedro Sánchez ha obtenido sus grandes logros. El político menguante es ahora el político creciente.
Él mismo lo explica: “Puede sonar presuntuoso, pero me doy cuenta de que me crezco en las situaciones difíciles”. Y más: “Soy una persona hecha a mí misma, me lo he trabajado. Yo estaba en cuarta fila”.