Lamine Yamal vuelve a ser, como sucedió ante Croacia, el centro de los problemas de los rivales y, contra Italia, en la segunda jornada de la Eurocopa 2024, se medirá ante Federico Dimarco, un auténtico ultra del Inter.
De Josko Gvardiol a Federico Dimarco. Lamine Yamal, con 16 años y estudiando la ESO entre entrenamiento y entrenamiento, está dando dolores de cabeza a los entrenadores rivales.
Zlatko Dalic, seleccionador de Croacia, colocó al futbolista del City para tapar a la estrella del Barcelona, pero descuidó el centro de la zaga y fue goleado.
Luciano Spalletti, seleccionador italiano, no tendrá ese problema de posición. Tiene claro su lateral izquierdo, el mejor de toda la Serie A junto al galo Theo Hernández, titular en Francia. Un jugador con características particulares, tanto dentro como fuera del campo.
Acostumbrado a rendir más como carrilero en la defensa de 5 del Inter, Dimarco tiene ahora que formar como lateral puro. Experto llegador por banda, incansable en su recorrido, lanzador de faltas y saques de esquina, tendrá que rubricar un partido más discreto en lo ofensivo para medirse a Yamal.
Y discreto es una palabra que no acostumbra a ir de la mano del número 32 del Inter. Con el pelo teñido de blanco, es inconfundible en el campo. Sus tatuajes, su barba, sus medias a medio subir y sus botas de colores llamativos le hacen imperdible en el césped. Que esté constantemente rondando el área rival, ayuda.
Y si encima regala el gol más rápido de la historia de las Eurocopas a Albania, su nombre pasa a ser también protagonista.
Pero, además, es que es un ultra verdadero del Inter. Nacido en Milán el 10 de noviembre de 1997, es aficionado nerazzurri desde pequeño. Canterano del club de su vida, tuvo que trabajarse su ficha en el primer equipo con cesiones en el Ascoli, en el Empoli, en el Parma y en el Hellas Verona hasta 2021.
Desde entonces, jugador de pleno derecho y titular indiscutible bajo el mando de Simone Inzaghi, nunca ha ocultado su fanatismo por los colores que representa. Ídolo de la afición por esto mismo, es el encargado de comandar las fiestas con la sección ultra'de San Siro.
Toma el megáfono y coordina los cánticos tras las victorias. La última, tras ganar al Milan y levantar el Scudetto. Se coloca a caballo entre grada y campo para reivindicar la figura del futbolista aficionado y tender puentes entre vestuario y afición.
Es tanta su repercusión como ultra que, en una ocasión, tuvo que pedir disculpas por unos cánticos tras ganar al Milan.
El jugador desconocía el pacto de no agresión entre ambas aficiones, que intentan respetarse al máximo en pos de una buena convivencia eliminando determinados cánticos que Dimash, apodo del jugador, cantó. Pidió disculpas y todo solucionado.
Ante España, tendrá que olvidarse de celebraciones para medirse al mayor peligro español. Dimarco es un gran 'ultra', pero es un mejor lateral izquierdo, por lo que el duelo clave del partido se antoja como uno de los más igualados de la Eurocopa y por todo lo alto en Gelsenkirchen.