Álvaro Morata | EFE
(Actualizado

La historia del triunfo de España sobre Croacia se puede contar a partir de los goles pero también se puede hacer desde la casi media hora de juego en la que no parecía pasar casi nada en ninguna de las dos áreas.

Se trataba de un partido marcado por la paciencia, dos selecciones que debutaban en esta Eurocopa y se esforzaban por mantener sus posiciones y no cometer errores y los dos porteros parecían dos espectadores más.

Durante media hora se vio un trabajo sólido y disciplinado en ambos rivales. Con más posesión de parte de España que movía la pelota y no tenia problemas en hacer pases aparentemente inocuos en la mitad del campo o en tres cuartos de cancha, esperando el momento en que Croacia se abriera.

Había pasado casi media hora con un sólo remate a puerta -un disparo de Morata que Likakovic controló sin problemas- y tras un comienzo excesivamente tímido Croacia empezó a atreverse un poco más.

Entonces Cucurella recuperó una pelota cerca de la mitad del campo, a través de Rodri el balón llegó a Fabian Ruiz que le metió un pase a Morata que llegó hasta el área para definir pillando a contrapié a la defensa croata.

El partido parecía planteado para aprovechar el primer error del contrario. Croacia se equivocó primero y España golpeó. Morata recogió los frutos de la paciencia y su gol cambió el partido.

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Con los croatas todavía afectados el gol el contra Fabian marcó el segundo, en el 32, con un remate a pase de Pedri en una jugada iniciada por Lamine Yamal en la banda derecha. Antes de que los equipos se fueran al descanso Dani Carvajal hizo el tercero, con un remate desde corta distancia a centro de Lamine.

El tercero daba una gran tranquilidad después de que, con el marcador 2-0, Croacia hubiera mostrado voluntad y argumentos para meterse en el partido, incluida una buena ocasión de Josko Gvardiol en el 41.

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Tras el gol de Carvajal el trabajo ya estaba hecho. España había puesto tierra de por medio con los tres goles. Pero uno de los fundamentos del éxito había sido el trabajo intenso de los minutos en los que parecía que no pasaba nada. Los minutos de la prosa que suele abarcar la mayor parte de los noventa minutos de la mayor parte de los partidos que se juegan en cualquier parte del mundo.

Lo que queda en la memoria sin duda suele ser otra cosa. Los goles, algún detalle técnico, a veces alguna polémica arbitral. Pero todo eso descansa sobre las bases en la que la única tarea de los jugadores es procurar no equivocarse y no dar ventajas al contrario.

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Un eventual gol en contra, cuando el partido estaba 0-0, hubiera podido cambiar el partido, pese a la clara superioridad de España, en medio de un estadio en el había un clara mayoría croata que se hacía oír bastante

En el primer partido de un torneo siempre hay un objetivo clave que es tomar confianza. Los tres goles, ante un rival que sobre el papel era difícil, dan esa confianza lo mismo que haber atravesado sin sobresaltos los minutos de la prosa