Octavos, un muro que sólo superó España en uno de los cuatro últimos grandes torneos
La impotencia sentida ante Rusia y Marruecos en las dos últimas ediciones del Mundial, o el fin del ciclo de mayor gloria en la Eurocopa 2016, llegaron en la ronda de octavos de final, un muro en la historia reciente de la selección española que se superó en la cita europea celebrada en 2021.
Desde que puso el mejor broche posible a su ciclo de dominio futbolístico con la goleada a Italia en la final de Kiev de 2012, España solamente avanzó en una ocasión la primera fase de cruces. El momento en el que se pasa a jugar sin red y los equipos demuestran la pasta de la que están hechos.
Y desde aquel 4-0 en la máxima expresión futbolística del estilo del éxito, no se ha acostumbrado a celebrar alegrías en Mundiales ni Eurocopas.
Venía de ganar dos citas europeas consecutivas, 2008 y 2012, y coronar su gran momento entre medias con su primer Mundial en 2010, pero ya fue un aviso el batacazo con sabor a fin de ciclo en el Mundial de Brasil 2014, eliminada en la fase de grupos tras ser goleada por Holanda (1-5), ahora Países Bajos, y sentenciada por Chile (2-0).
El peor inicio de Mundial imaginable mandaba a las primeras de cambio a casa a una generación que hasta entonces sólo sabía ganar. El reconocimiento de Vicente del Bosque a los jugadores que hicieron historia tuvo un amargo final sin pisar si quiera los octavos.
Lo hizo en la Eurocopa 2016, el epílogo de Del Bosque, ya en la transición de una nueva generación para la que se convirtió en una losa la responsabilidad de estar a la altura de la pasada.
Por primera vez el torneo contaba con 24 equipos y se estrenaba la ronda de octavos de final, inexistente hasta ese momento en la competición del Viejo Continente, cuando del grupo se pasaba directamente a los cuartos de final.
Y España dejó la peor identidad posible en el estadio parisino de Saint-Denis, cuando Italia se cruzó de forma inesperada en su camino a las primeras de cambio, tras sufrir una remontada de esa Croacia que exhibió orgullo y fe para mandar al camino duro del cuadro a una defensa de corona que, como la del Mundial, no estuvo a la altura.
La Italia de Antonio Conte anuló por completo a la España de Vicente del Bosque, irreconocible, sin respuesta a cada golpe.
Los goles de Chiellini y Pellé en el añadido dieron forma a un 2-0 que marcó los octavos como un nuevo límite que sobrepasar. Y no lo lograron en el Mundial 2018, desesperada ante la anfitriona Rusia y despidiéndose desde los fatídicos penaltis.
Tras un terremoto con la decisión de Luis Rubiales de destituir a Julen Lopetegui a horas del debut, después de anunciar el Real Madrid su acuerdo con el seleccionador, el a priori buen cruce de octavos acabó estando envenenado tras un ejercicio repleto de impotencia de posesión improductiva.
Fernando Hierro, solución improvisada al ser quien más cerca estaba de los jugadores en su cardo de director deportivo de la Federación, asumió el reto que fue un marrón.
Tras el empate en su mejor partido, ante Portugal en el estreno (3-3), llegaba el triunfo por la mínima ante Irán, con sabor a advertencia (1-0), y el empate frente a Marruecos (2-2).
El mismo resultado, empate a uno ante Rusia tras tener el 75% de posesión y mostrar una preocupante falta de pegada. Hasta 25 remates sin éxito porque hasta el gol marcado fue en propia puerta, de Sergei Ignasevich.
Acabó decidiéndose en la tanda de penaltis donde los fallos de Koke y Aspas marcaron los octavos como nuevo tope de España.
Los saltó la selección dirigida por Luis Enrique en la Eurocopa 2020 disputada en 2021 por la pandemia. El único gran torneo en el que España volvió a estar en los doce últimos años en las rondas de privilegio.
Yendo de menos a más, tras dos empates repletos de frustración en Sevilla ante Suecia (0-0) y Polonia (1-1), desquitándose con una goleada a Eslovaquia (5-0), que puso a Croacia en su camino.
Y para superar su mala dinámica de octavos tuvo que sudar en un encuentro que sintió sentenciado tras levantarse con carácter de un grave error de Unai Simón, que en vez de despejar fue a controlar sin mirar una cesión peligrosa de Pedri que acabó dentro de su propia portería.
Remontó con los goles de Pablo Sarabia, César Azpilicueta y Ferran Torres, restaban cinco minutos para el final y concedió dos tantos que provocaron la prórroga en el Parken Stadium de Copenhague.
Álvaro Morata y Mikel Oyarzabal tumbaban la resistencia croata y con un 5-3 España superaba el muro de octavos para quedarse posteriormente a puertas de una final merecida, cayendo en la tanda de penaltis de semifinales ante Italia en Wembley.
Pero Luis Enrique no escapó de caer en la barrera de octavos en su última gran competición, el Mundial 2022, cuando fue eliminada por Marruecos en un encuentro que fue una mancha a su doblete etapa de seleccionador.
Un sólo disparo a puerta en 120 minutos con un 77% de posesión. Sintiendo la presión y el miedo al fracaso en la tanda de penaltis inesperada con los fallos de Sarabia, Carlos Soler y Sergio Busquets.
Es el reto que ahora retoma Luis de la Fuente en su primera ocasión en octavos de final con la absoluta. Conquistó la Liga de Naciones 2023, disputando directamente las semifinales, pero demostrando que dirige a un grupo de jugadores que saben competir a la hora de la verdad.
Es la que les llega tras exhibirse en la Eurocopa 2024 siendo la única selección del torneo que ganó sus tres partidos. Tras tumbar a Croacia, Italia y Albania le llega señalada como gran favorita el pulso ante Georgia con malos recuerdos recientes de una ronda que representa un muro a derribar.
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