Southgate y el espíritu del 66
Cuando casi nada funciona, con un fútbol errático en el que los resultados salen por inercia y con las urgencias de una reacción necesaria para espantar las críticas y seguir con vida en la Eurocopa, a Gareth Soutghate se le ocurrió, antes de hacer las maletas para viajar a Alemania, apelar a la emotividad y la resiliencia de los únicos hombres que ganaron un título para Inglaterra: los héroes jamás olvidados de 1966.
Han pasado casi 60 años desde la única gesta del fútbol británico. Los apóstoles del fútbol, sus inventores, sólo lucen un trofeo en sus vitrinas después de participar en 26 grandes torneos entre Eurocopas y Mundiales.
La Copa del Mundo de la que fueron anfitriones, y que alzaron tras ganar a Alemania en Wembley un ya lejano 30 de julio de 1966, es el único título del que presumen entre muchas tragedias.
Southgate se abonó a una de esas desdichas en la anterior Eurocopa, cuando su equipo preparaba otra fiesta en Wembley e Italia, en los penaltis, le arrebató la gloria de un título muy esperado que Inglaterra no pudo celebrar y que generó gran desazón en todo el país.
Casi tres años después de aquella dolorosa derrota, el combinado británico, lejos de reaccionar, sobrevive después del fiasco del Mundial de Catar y clasificado para los cuartos de final de la Eurocopa de Alemania gracias a un milagro en forma de chilena de Bellingham entre las críticas un fútbol irregular.
Con los críticos afilando sus plumas para sentenciar la era Southgate, el seleccionador de Inglaterra, antes afrontar la Eurocopa, apeló al espíritu del Mundial de 1966. Orgulloso de ese pasado glorioso, ofreció a sus jugadores una sesión de vídeo con imágenes de la única gesta de Inglaterra.
Creyó necesario tocar la tecla de las viejas historias de superación para generar ilusión en sus hombres, protagonistas de una fase de grupos para el olvido y en el punto de mira de todo un país obsesionado con un título que se hace esperar demasiadas décadas.
La resiliencia de Geoff Hurst
"Enseñamos a nuestros jugadores un vídeo de 1966 y cómo Geoff Hurst no jugó hasta los cuartos de final. Queríamos resaltar el valor del equipo. Jugadores como Jimmy Greaves estaban jugando un papel diferente para el equipo.
Los torneos te llevan a lugares extraños y por rutas difíciles. En aquel equipo, todos los jugadores que entraron tuvieron un gran impacto y desempeñaron papeles importantes. Es ese el espíritu. Tenemos un largo recorrido por recorrer", dijo Southgate tras ganar a Eslovaquia en la prórroga.
Hurst, el nombre que citó Southgate, no es otro que el autor del triplete que encumbró a Inglaterra en la final frente a Alemania del 66.
El entonces jugador del West Ham no apareció en las alineaciones de aquel torneo hasta los cuartos, en los que ya fue decisivo tras marcar el tanto de la victoria que acabó con Argentina (1-0).
En semifinales fue Bobby Charlton quien sacudió con un doblete a la Portugal de Eusébio (2-1) y, en el partido por el título, Hurst derribó a Alemania con un tanto a los 18 minutos que igualó el de Haller y con otros dos que celebró en la prórroga para liderar una victoria histórica: 4-2.
Casi seis décadas después, Hurst es el único superviviente de aquella generación. No queda ninguno con vida. Todos han ido desapareciendo y el último en fallecer fue el líder espiritual de ese equipo, Bobby Charlton, que se despidió en octubre de 2023.
Inglaterra anda necesitado de nuevos héroes antes de que se extinga por completo la generación de 1966 y aquella victoria quede en un recuerdo casi prehistórico.
Y Southgate, a falta de buen juego y en la orilla de su despedida de la selección, apostó por agitar el espíritu de la épica, la historia y el sentimentalismo.
Aparentemente funcionó, porque Inglaterra sobrevive a base de empujones, de acciones aisladas como la de Bellingham y una chilena con la que desarmó a Eslovaquia para salvar el punto de partido de su seleccionar, que afirmó antes de la Eurocopa que se iría en el caso de no ganar el título.
El próximo reto de Inglaterra será Suiza en cuartos de final y ya no hay más vídeos exitosos del pasado que mostrar. La única bala, se ha agotado.
Toca apelar al presente y olvidar con cariño un año como 1966 en el que Inglaterra ganó un Mundial en una época en la que The Beatles estaban a un paso de editar su genial Revolver, The Who disfrutaba del éxito de My Generation, The Rolling Stones gestaba su magnífico Aftermath y The Kinks preparaba su efervescente Face to face.
Ahora, la música es otra, el arte no florece como hace décadas, Inglaterra y el mundo adolecen de referentes en el mainstream y Bellingham y compañía, con el recuerdo de las viejas historias y mejores tiempos, son los únicos que pueden salvarse a sí mismos.
Nadie, ni los vídeos de los antiguos héroes, rescatarán a un grupo que si quiere sobrevivir al pasado deberá escribir su propio futuro.
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