Tan conocida por sus trabajos como actriz como por su faceta de prescriptora de moda, Paula Echevarría ha sido siempre fiel a su estilo e identidad pese a la vorágine de las redes sociales. "Siempre intento mantener mi esencia y no tomarme las tendencias al pie de la letra".
"Cuando lancé mi blog me arriesgué, porque no estaba bien visto", dice a EFE la asturiana, una de las primeras embajadoras de moda en entender el entramado de las redes sociales antes de su eclosión hace una década, donde sentó las bases de un estilo propio que hoy continúa creciendo en otras plataformas.
El formato de los blogs empezaba a asentarse como guía de estilo en 2008, cuando la asturiana, cuyos estilismos eran alabados, se sumó a esta plataforma por casualidad. "Después llegó Instagram, me lo hice porque rodaba 'Gran Reserva' y hacía fotos de los viñedos. Pensaba que era un editor de fotos y empecé a tener 'likes'".
Desde entonces su sello estilístico ha pasado de ese primer blog en formato escrito, donde ha colaborado con cabeceras internacionales de moda como Elle, donde tenía su propio espacio, a Instagram o recientemente Tiktok, red social enfocada a un perfil de seguidores de nuevas generaciones.
"Creo que lo importante en moda es saber ser fiel a uno mismo, eso es lo que genera confianza y contacto con los seguidores", detalla al ser preguntada por el éxito de su estrategia de moda en un mundo digital cuyos soportes evolucionan y cambian cada vez más rápido. "A Twitch ya no llego, es complicado seguir el ritmo", reconoce.
La actriz acaba de presentar su selección de piezas favoritas de la firma Agatha Paris, para la que se ha convertido en embajadora. También es imagen de la marca de lencería italiana Intimissimi, tiene su propia firma de moda, Space Flamingo, y recientemente ha diseñado una colección cápsula para el gigante Primark.
"No podría elegir un ámbito de la moda frente a otros, cada uno me aporta cosas diferentes. Lo que sí que tengo claro es que cada proyecto que hago tiene que ser honesto", explica Echevarría.
La actriz participa en una colaboración de la que también han formado parte otros rostros conocidos como Sara Carbonero o María Pombo, y lo hace feliz por formar parte de una iniciativa vinculada al universo de la joyería y la bisutería, un mundo que considera "plenamente emocional".
"En la década de los setenta se llevaban las gargantillas de lágrimas doradas, inevitablemente es una pieza que me recuerda a mi madre y por la que suelo decantarme", explica respecto a algunas piezas que considera amuletos e imprescindibles en su armario, y también por las que ha apostado en esta iniciativa.Y también tiene en cuenta la comodidad.
"Siempre he optado por joyas que puedas ponerte de día y de noche, y llevar tanto a la playa como a la piscina, piezas que no molesten", asegura.