Carlos Llavador y Lucía Martín-Portugués se despiden de París 2024 en florete y sable
Agencia / Redacción
La esgrima española acabó a las primeras de cambio su participación en los Juegos Olímpicos de París después de que los madrileños Carlos Llavador, en la modalidad de florete, y Lucía Martín-Portugués, en la se sable, no pudieran llegar demasiado lejos.
La madrileña fue la primera en hacer acto de aparición y aunque partía como cuarta cabeza de serie del cuadro, no pudo superar su primer combate ante la húngara Anna Marton, vigesimonovena favorita, que la derrotó con solvencia por 15-8. La española empezó dominando el marcador (5-4), pero se vio por detrás antes del parón (5-8) y ya no pudo presionar a su rival.
La esgrimista española eliminada en el tablón del 32 en los Juegos Olímpicos en sable, se marchó del Grand Palais de París entre lágrimas y "decepcionada" por no poder seguir adelante en una competición a la que acudió con el objetivo de pelear por las medallas.
La madrileña, exenta de la primera ronda como cuarta favorita, comenzó bien el juego y llegó a ir por delante en varias ocasiones hasta que, con cinco puntos en su casillero, la húngara cambió de estrategia, se mostró más aguerrida y la obligó a recular en varias ocasiones.
Algo mejor le fueron las cosas a Carlos Llavador, que sí superó a su primer rival, para conseguir la primera victoria de la esgrima española en unos Juegos Olímpicos desde el bronce de José Luis Abajo, actual presidente federativo, en Pekín 2008.
El madrileño se clasificó para los octavos de final al derrotar al surcoreano Taegyu Ha en un disputado combate y que estuvo igualado hasta el final. Con 13-13 en el marcador, el esgrimista español mantuvo la concentración con dos tocados para llevarse el triunfo.
Sin embargo, su andadura se terminó en la siguiente ronda donde se topó con el tercer cabeza de serie, el egipcio Mohamed Hamza, que se le escapó en el marcador en el tramo decisivo (14-10), clave para su derrota (15-12) y su adiós a la capital francesa.
Táctica arriesgada
Llavador, número 14 del mundo, realizó un combate serio, trató de llevar la iniciativa desde el principio, aunque siempre a remolque en el marcador se mostró poco certero en sus tocados y acabó sufriendo para contener los ataques de su rival, pese a que hasta el último momento tuvo opciones de remontada con una táctica arriesgada que le permitió recortar distancias hasta los dos puntos.
"Ha sido dos buenos asaltos. En el primero he sido más certero, en el segundo también, pero al final estamos los mejores aquí y el mínimo fallo te manda a casa", dijo Llavador, en la zona mixta de un Grand Palais abarrotado.
"Aquí las decisiones de los árbitros son muy importantes y algunas fueron muy dudosas, pero son los que mandan y no queda otra que adaptarnos y asumir. Me da rabia porque no estaba tirando mal. Ha sido un momento que me he precipitado un poco, él estaba seguro en lo que estaba haciendo y al final se lo ha llevado", señaló.