Cinco belenes para recorrer Madrid y uno para entrar...si te atreves
Monumentales, vivientes, napolitanos, populares e incluso en lugares insospechados
REDACCIÓN
La tradición cristiana recoge que el primero en montar un belén navideño fue San Francisco de Asís. Corría el año 1223 y en una cueva de Italia, y con autorización del Papa, representó el misterio del nacimiento de Jesús.
A partir de ahí los belenes, aún manteniendo su contenido religioso, se han convertido en auténticas muestras de artesanía y teatralidad. En el belenismo encontramos portales, pesebres, palacios,dioramas.
Los hay populares, regionales, napolitanos, monumentales, dioramas, estáticos o con movimiento, con figuras a tamaño real e incluso belenes vivientes.
El belén viviente de Buitrago del Lozoya nació a finales de los años 80 con el impulso de un grupo de vecinos apoyados por el Ayuntamiento.
Esta representación está considerada Fiesta de Interés Turístico Regional desde 2001. E incluso tiene su propia plaza en la localidad.
Otros belenes vivientes de la región se pueden contemplar en Chapinería, Colmenar de Oreja, El Berrueco, Manzanares El Real, Getafe, Colmenar Viejo, El Molar o Parla. Elijas el que elijas, abrígate bien.
No es un belén, pero merece incluirlo en esta relación de propuestas para el tiempo de ocio navideño y el turismo madrileño. Es una de las tradiciones más arraigadas en la Sierra Norte.
La Pastorela es una danza pastoril tradicional. Afirman que las primeras referencias escritas se remontan al siglo XV, aunque bien podría ya celebrarse 200 años antes.
En la Nochebuena, los pastores van de sus apriscos al pueblo. Como en el relato bíblico, acuden a adorar al Niño. En este caso van a la Iglesia de Braojos a presentar el mejor cordero de sus rebaños en la Misa del Gallo.
La liturgia comienza con el canto de villancicos, acompañados de instrumentos tradicionales. Varios pastores entran bailando hasta el altar y uno de ellos lleva el cordero que será ofrecido.
Cayado en mano, traje de cuero, albarcas y morral. Así, perfectamente ataviados a la usanza de este oficio ancestral, realizan su danza, ordenados en dos filas. Y en medio de los danzantes, la figura del Niño.
Cada año cuesta más organizar la Pastorela, nos cuentan desde Braojos. Antes los pastores eran de la localidad y ahora los participantes tienen que acudir desde 'pastos' lejanos.
EL BELÉN DE ALCALÁ DE HENARES
El Ayuntamiento de Alcalá y la Asociación Complutense de Belenistas se vuelcan en las fechas navideñas y de Reyes Magos en la creación del Belén Monumental.
Un trabajo minucioso que supera, en total, los mil metros cuadradosde superficie ocupando las escenas principales más de 250 metros cuadrados.
Se instala en la antigua fábrica Gal y es todo un recorrido por el belenismo. Un paseo por ese enorme escenario de 250 metros cuadrados, por otros en forma de dioramas e incluso se puede pasar una calle de aquellos tiempos de antes de Cristo y justo después de su nacimiento.
Junto al Belén Monumental Alcalá muestra otro, el Belén Temático de la Casa de la Entrevista. Es otro de los atractivos de esta localidad Patrimonio de la Humanidad durante unas fiestas que atraen a miles de visitantes.
Explican desde Patrimonio Nacional que el Belén Napolitano o Belén del Príncipe del Palacio Real de Madrid tiene su origen en el conjunto iniciado por Carlos III para su hijo Carlos IV.
Fue él quien trajo de Nápoles las 600 piezas que lo componían. De aquellas figuras originales Patrimonio Nacional conserva en torno a 80.
En 2001 se decidió completar el belén histórico y se compraron figuras elaboradas en los talleres napolitanos tradicionales.
Además, el Departamento de Restauración elabora cada temporada nuevos elementos, figuras y arquitecturas con las que se va ampliando paulatinamente el conjunto. En 2022 este belén hizo un guiño a la apertura del Museo de las Colecciones Reales.
EL BELÉN 'GIGANTE' DE SAN LORENZO
El Belén Monumental de San Lorenzo de El Escorial es un evento marcado en rojo en el vecindario gurriato. Está declarado Fiesta de Interés Turístico Regional
El Belén Monumental, como en el caso del viviente de Buitrago del Lozoya, nace a propuesta de un grupo de vecinos que cada año consigue que decenas de miles de personas visiten la localidad filipina de la Sierra de Madrid.
Ocupa 6.000 metros cuadrados a lo largo de calles y plazas del centro histórico con 500 figuras a tamaño real y la recreación de varios ambientes. El pesebre, el palacio de Pilatos, las calles y comercios de Belén, los Magos camino del portal...es una auténtica inmersión navideña.
EL BELÉN DESAPARECIDO Y EL DE LA CUEVA
En la cumbre de Peñalara, a 2.428 metros, estaba el belén más alto de la Sierra de Guadarrama. Era una tradición ascender en Navidad hasta este pico y comerse el turrón junto al buey, la mula, San José, la Virgen y el Niño.
La historia de cómo se colocó ese portalito allí arriba en 1969 nos lleva a reconocer la iniciativa segoviana para cargar con este decorado de hierro forjado. Una tarea que resultó durísima. Por los 20 kilos que pesaba la escultura y las condiciones de frío y viento en las que se logró instalar.
Años después el belén de Peñalara desapareció, pero sigue en las montañas del Guadarrama. Ahora se puede contemplan en el Poyo Judío, una formación rocosa cerca del Real Sitio de San Ildefonso.
Si curioso es este belén en pleno monte, no lo es menos otro que está en la misma Sierra de Guadarrama pero no tan a la vista. Para encontrarlo hay que meterse en una cueva.
La Mina de Wolframio, en el Valle de Navalmedio de Cercedilla, fue explotada para obtener este mineral considerado estratégico durante la Segunda Guerra Mundial e incluso en nuestros días. La veta dejó de ser aprovechable y se abandonó.
La mina, con aspecto de cueva, tiene una única galería y algunas personas suelen dejar notas u objetos. Con un poco de suerte aún podrás ver el belén que un grupo de Becerril de la Sierra colocó en la oscuridad de esta mina casi olvidada.
Nosotros te mostramos una imagen tomada en 2022 en el interior de la mina. Tal vez esto te baste. Entrar en estos sitios no está exento de sufrir algún resbalón, por la humedad del suelo, o chichón, por el techo bajo. Hecha queda la advertencia.