Insípida, incolora e inodora. El agua es el elemento más importante para la vida y por eso asegurar su calidad ha mantenido ocupada a la humanidad desde el principio de los tiempos.
Pero de todas ellas, si hay alguna que destaca desde hace años en España, es la de Madrid. El agua de grifo de nuestra región es la favorita no solo de los madrileños, también para los consumidores de otras comunidades autónomas.
Más del 96% de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid elige beber agua del grifo, según un estudio de Canal de Isabel II. Otro informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación lo confirma y señala que Madrid en la segunda comunidad autónoma donde menos agua embotellada se consume de toda España.
Pero su fama traspasa las fronteras de la región. Y es que el 82% de quienes conocen el agua de otras regiones prefiere la de Madrid.
Las razones son varias, siendo el color, el sabor y la calidad las que la encumbran entre las mejores de España.
Pero, ¿a qué se debe? Principalmente a dos cuestiones. La primera es que los 13 embalses gestionados por la compañía pública madrileña se encuentran situados en la sierra y, además, en zonas graníticas que favorecen que el sabor del agua resulte más agradable.
Hay que señalar que los embalses son zonas preservadas, donde está prohibido el baño y la acampada, por lo que Canal de Isabel II vigila desde el origen la calidad del agua para elegir en cada momento la que mejores características presente.
La segunda es el control exhaustivo del agua en todos sus ciclos, desde su captación hasta su consumo en los hogares, ya que las condiciones geográficas favorables no son suficientes por sí solas.
Reducir la demanda de agua en la región
En sus laboratorios se emplean técnicas innovadoras no solo para garantizar su calidad, sino también para asegurar su eficiencia en un contexto de sequía causado por la falta de precipitaciones y el cambio climático.
Con una reducción de un 20% las aportaciones medias de agua a los embalses respecto a datos recogidos desde 1914, Canal de Isabel II trabaja para reducir la demanda de agua en la región y espera alcanzar en el año 2030 un consumo integrado de 156 litros por habitante al día (el año pasado fue de 202 litros).
De hecho, desde 2005 el consumo per cápita ha disminuido en un 34% en la Comunidad de Madrid.
Y esto se debe a factores como el impulso al empleo de agua regenerada, la eficiencia de la red de distribución, el mayor grado de automatización de los sistemas o la sensibilización de los madrileños, que cada año son más conscientes de la importancia de un consumo eficiente.
Para prevenir escenarios futuros de abastecimiento de agua o de episodios meteorológicos adversos, ha desarrollado en los últimos años estudios de I+D y modelos matemáticos para diseñar las redes y dimensionar infraestructuras.
El agua de grifo, igual de buena que la embotellada
Un mito a desmontar es la creencia de que el agua del grifo es peor que la embotellada. Como ha quedado patente, el agua del grifo es uno de los productos alimentarios que más controles analíticos pasa, llegando a ser sometida a un análisis cada tres segundos.
Incluso la Asociación de Pediatras de Madrid indica que los bebés pueden consumir perfectamente el agua del grifo. “Es igual de aconsejable que la embotellada; únicamente, por debajo de los 4-6 meses, debe hervirse durante un minuto por una mayor seguridad”, afirma la organización.