La torera Cristina sánchez | CRISTINA SÁNCHEZ
(Actualizado

Mucho antes de que Cristina Sánchez debutara como novillera en la Plaza de Las Ventas en 1993 y se convirtiera en la primera mujer en hacer el paseíllo en la Maestranza tres años después, o en la primera en tomar la alternativa en Europa, mucho, mucho antes, las mujeres ya habían cogido la muleta y se habían puesto delante de un toro.

Existe documentación que da fe de la existencia de mujeres torero ya en el siglo XVII. Desde entonces fueron habituales en los ruedos y una atracción importante de los espectáculos taurinos.

La Pajuelera

La 'Pajuelera' retratada por Goya | DOMINIO PÚBLICO

Uno de los primeros nombres de mujer que nos ha dejado la historia del toreo es el de la rejoneadora Francisca García, casada con un banderillero. Solía torear en plazas pequeñas pero no pudo llegar a las grandes, precisamente por ser mujer. Por eso le denegaron el permiso para lidiar en Pamplona. No les pareció decente.

En Valdemoro nació una mujer pionera en la tauromaquia, Nicolasa Escamilla, ‘La Pajuelera’. Se sabe, por documentación de la época, que toreaba en la primera mitad del s. XVIII.

En aquella época lo importante era el toreo a caballo. El matador con la muleta no tenía el protagonismo que tiene ahora. La 'Pajuelera' lidiaba a caballo y fue una picadora de gran destreza. Recibió su apodo porque en su juventud vendía unas mechas de azufre llamadas pajuelas.

Dámaris, Eva, Juana, Estefanía, Ana… “Mujeres que inspiran a otras mujeres”

Hubo más mujeres toreros en la época pero la Pajuelera fue la más destacada de todas. Por su destreza en la suerte de varas, habilidad en el manejo del caballo y valor ante las reses bravas.

De su faena en la plaza de Salamanca, ha quedado constancia en la obra ‘Lanzas, Espadas y Lances’, de José Delfín Val, donde se describe que toreó “con lucimiento y destreza del caballo y aplausos de todos los concurrentes”.

Llegó a torear en la plaza de toros de la Puerta de Alcalá que, mucho antes que Las Ventas, fue la plaza de toros de Madrid a finales del XVIII y durante el XIX.

La Pajuelera fue retratada por Goya con la vara de detener en un famoso grabado al aguafuerte, el número 22 de la colección ‘La Tauromaquia’ titulado: “Valor varonil de la célebre Pajuelera en la plaza de Zaragoza”.

‘Las Noyas’

Actuación de la cuadrilla de Niñas Toreras en 1900 | DOMINIO PÚBLICO

Aunque ahora nos parezca extraño, durante el siglo XIX fueron muchas las mujeres que se dedicaron a la lidia y el toreo femenino fue muy popular. Hasta el punto que surgieron varias cuadrillas compuestas exclusivamente por mujeres, como la cuadrilla de ‘Las Noyas’ (‘Las muchachas’ en catalán).

‘Las Noyas’ era una ‘Cuadrilla de Señoritas Toreras Catalanas’. El grupo de muchachas debutó en Barcelona en 1895, con la plaza llena de aficionados. Al frente dos espadas notables: Dolores Petril ‘Lola’ (16 años) y Ángeles Pagés ‘Angelita’ (17 años, sobresaliente de espada).

Completaban la cuadrilla las subalternas Julia Carrasco, Justa Simón, Encarnación Simón, María Pagés y Josefa Mambea.

"Hay que disfrutar cada día del esfuerzo", Ruth León, madrileña, 35 años y campeona

La cuadrilla ‘Las Noyas’ tuvo un gran éxito. En su primera temporada lidiaron en 45 corridas y todas las plazas se las disputaban. Pero, como todas las mujeres que se atrevieron a entrar en un mundo dominado por los hombres, recibieron buenas dosis de críticas y rechazo. Importantes figuras del mundo del toreo se negaron a compartir cartel con ellas, como Rafael Guerra ‘ Guerrita’.

‘La Fragosa’

Gustavo Doré deja constancia de la popularidad de las toreras en su grabado de 1862 “Teresa Bolsi, “Torera andalouse” | G. DORÉ

Dolores Sánchez, “la Fragosa”, fue un paso más allá. La primera mujer que toreó con una cuadrilla formada exclusivamente por hombres y no por mujeres, que era lo habitual.

Esta sevillana trabajó como costurera antes de enfrentarse a las reses bravas y aprendió el arte de la lidia enfrentándose a becerros en las afueras de Sevilla, ciudad donde debutó en 1885. Mostró su valor y destreza en las mejores plazas de toda España e introdujo innovaciones en el toreo femenino como sustituir la falda corta con que hasta entonces toreaban las mujeres por el más cómodo traje de luces que utilizaban los hombres.

La Fragosa estuvo varios años en activo antes de cortarse la coleta. Ellas y otras muchas, como ‘La garbancera’ o ‘La Rubia’ fueron muy criticadas por los detractores del toreo femenino pero también muy populares y llamaron la atención de muchos artistas que dejaron en sus obras testimonio de su paso por la arena. Así, nos han llegado grabados como el que Gustavo Doré realizó a la torera Teresa Bolsi.

Las lecciones de liderazgo de Jacinda Arden

En el siglo XIX, mientras las nuevas ideas que la Revolución Francesa se extendían por el mundo y minaban las viejas tesis del Antiguo Régimen, en España la oposición al toreo femenino cogía fuerza. Los hombres se negaban a torear en compañía de mujeres e, incluso, en plazas que se hubieran atrevido a admitirlas alguna vez.

Si el siglo anterior había traído la profesionalización de las toreras, el XIX dio un paso atrás y supuso el triunfo de sus detractores. Manuel Godoy prohibió a las mujeres participar en corridas. Algunas desafiaron la prohibición, como ‘La Reverte’, que cambió su nombre en los carteles por el de Agustín Rodríguez.

‘La Atarfeña’

Luisa Jimenez, 'La Atarfeña' | WIKIPEDIA

La mujer nunca abandonó el mundo de los toros. En el siglo XX adquirieron cierta fama ‘señoritas torero’ como las hermanas Palmeño, Carmen Marín, Angelita Álamo o Luisita Paramont. La más famosa de todas fue María Luisa Jiménez, ‘La Atarfeña’ que cogió los ‘trastos de matar’ tras el fallecimiento de su marido, Miguel Mozilla ‘ el Atarfeño’ para, según confesó, sacar adelante a su hijo.

Tras sólo una temporada en los ruedos, se retiró, según dijo porque “una poderosa empresa norteamericana me ha firmado un fabuloso contrato” para hacer una película. María Luisa cruzó el charco y no se volvió a saber de ella en mucho tiempo hasta que regresó a España años después. En 1985 se recuperó un poema que para ella había escrito Federico García Lorca

En 1933 la madrileña Juanita Cruz mató con 15 años su primer becerro y llegó a compartir cartel con Manolete en Cabra. Poco pudo torear porque, tras unos años en que se nuevo se permitió a la mujer torear, regresó la prohibición, pero durante el tiempo que pudo hacerlo esta mujer demostró gran valor y talento en el ruedo.

La 'Diosa Rubia del Toreo'

Conchita Cintrón y su cuadrilla en la plaza de toros de Santa María la Real de Nieva (Segovia, España) | WIKIPEDIA

Más allá de España algunas mujeres pudieron entregarse a su afición, como la chilena Conchita Citrón que debutó en la plaza de toros de Lima y se convirtió en una gran figura del rejoneo. Mató a más de 400 toros y toreó con primeras espadas. La apodaron ‘la Diosa Rubia del Toreo’.

Pero su carrera no estaba completa sin torear en España así que hizo todo lo que pudo para conseguirlo. El problema es que aquí estaba vigente la prohibición que alejaba a las mujeres de las plazas. Gracias a Marcial Lalanda, influyente matador de toros y apoderado en aquella época, se le permitió debutar como rejoneadora en la Feria de Sevilla en la última de abono de 1945.

Se le dio tan bien la faena que le abrió las puertas de Las Ventas donde también tuvo éxito. Pero no consiguió permiso para torear y matar los toros a pie y únicamente pudo hacerlo en festivales benéficos a puerta cerrada. El año de su despedida, 1950, Conchita se saltó la prohibición y toreó a muleta un toro en Jaén. La 'Diosa Rubia del Toreo' murió en Lisboa en el año 2009 con 86 años.

Ángeles Hernández, 'Ángela'

La torera Ángeles Hernández, 'Ángela' | ARCHIVO

Otras mujeres destacaron en el mundo taurino de la época, como la alicantina María de los Ángeles Hernández, 'Ángela' que, debido a la prohibición, aprendió a montar a caballo para poder torear y se convirtió en una rejoneadora de talento. Fue ella la que inició un proceso judicial para que se levantara la prohibición. Lo consiguió. El 10 de agosto de 1974 se autoriza a las mujeres el toreo a muleta.

Pero una cosa es que se permita a las mujeres torear a pie y otra que el mundo del toreo las acepte. La torera Mariben Atiénzar no pudo alternar con toreros masculinos y tuvo que hacerlo en México.

Cristina Sánchez

Cristina Sánchez | EFE

Es la primera mujer que ha abierto la Puerta Grande de las Ventas como novillera. Tomó la alternativa en Nimes con Curro Romero y José María Manzanares. Precisamente este año se cumplen 25 de la confirmación de alternativa de Cristina Sánchez en la Feria de San Isidro en Las Ventas, el 20 de mayo de 1998.

Durante diez años triunfó en los ruedos y demostró en sobradas ocasiones su talento, se convirtió en un fenómeno social pero fue discriminada por muchos de sus compañeros que se negaron a compartir cartel con ella. Harta de la hostilidad del mundo del Toro hacia ella se retiró en 1999.

Desde entonces ha trabajado como empresaria pero nunca se ha desligado del mundo taurino. Ha sido comentarista taurina, ha colaborado en programas de televisión y radio, ha apoderado a diferentes toreros. En 2001 reapareció para torear en una única corrida con Enrique Ponce y el Juli.

Ada Lovelace, el primer programador de la historia

Ha habido muchos mas nombres femeninos en la historia de los Toros, a lo largo de los siglos: Teresa Alonso, Martina García, Manuela Capilla, Mariana Curo, Juana Calderón, 'Frascuela', Juana Bermejo, 'Guerrita', Carmen Ortiz, Nicolasa Bericoechea, Petro Kobloski, Carmelita Fernández, Paquita Rocamora, Lolita Muñoz, Carmencita Dorado, Mari Carmen Zaldívar... y muchas otras

Siempre ha habido mujeres en los ruedos, mujeres que tenían un sueño y lo convirtieron en realidad, que derrumbaron barreras y se enfrentaron a un mundo eminentemente masculino que, ya entrado el siglo XXI las sigue recibiendo con hostilidad. Mujeres que se han ganado un puesto de honor en la historia de la Lidia.