Una marea de 32.000 mujeres tiñen de rosa Madrid

La Carrera de la Mujer de Madrid reunió este domingo a 32.000 participantes por las calles de la capital española, que acudieron a una cita que, por su volumen, se ha convertido en el mayor evento deportivo femenino de toda Europa y en la que se desplegó un enorme lazo rosa de cincuenta metros de longitud antes de la salida.

Las participantes recorrieron 7,2 kilómetros entre la calle Serrano, a la altura de la Biblioteca Nacional, y el Paseo de Camoens, en la tercera parada del circuito nacional de la Carrera de la Mujer.

Una de las protagonistas fue la triple campeona del mundo de bádminton, Carolina Marín, que estuvo en la salida de la carrera como embajadora del Banco Santander, colaborador de la prueba.

Antes de la salida, la organización quiso homenajear a Virginia Torrecilla por su trayectoria como futbolista y por haber superado un cáncer, y también a la maratoniana Clara Simal, que en el pasado Zurich Maratón de Sevilla volvió a competir a su mejor nivel (con marca personal 2h30:25) tras ser madre de tres hijos, logrando incluso ser la segunda española en meta.

En la carrera, la victoria fue para la serbia Ivana Zagorac, que paró el crono en 24:07, ganando al esprint a su hermana Sladjana. La primera española fue Silvia Rey Vega, tercera con 24:10.

Más allá de esa victoria, en la parte competitiva la gran mayoría de participantes realizó el recorrido andando bajo un ambiente festivo y ataviadas con la camiseta rosa y su correspondiente dorsal con el 016, el número de atención telefónico a víctimas de la violencia de genero, que no deja ninguna huella en la factura.

Este año, la organización de la Carrera de la Mujer ha elegido el fútbol para dar visibilidad a las mujeres en el deporte coincidiendo con la creación de la muñeca futbolista dentro de la colección #MasqueUnaMuñeca. Como modelo se ha tomado a Virginia Torrecilla, jugadora del Atlético de Madrid.

Los catorce modelos de muñecas, que conforman un modelo social diverso, son cosidos a mano por mujeres víctimas de trata de explotación sexual y laboral como parte de la colaboración de la Carrera de la Mujer con el Proyecto Esperanza y Wanawake, que también sigue apostando por las pulseras solidarias realizadas por mujeres masai.