"Uno de los mejores momentos de mi carrera", resumía Joao Félix, delantero de Portugal y el Atlético de Madrid, su primer gol en un Mundial, reluciente de nuevo en el escaparate más grande del planeta, reencontrado su sitio en el once en la selección, con su futuro en el club rojiblanco a debate y subido en una racha de cinco goles en sus últimos seis duelos, entre el conflicto que sostienen sus irrebatibles cualidades con la inconstancia.
Atento el París Saint Germain a él, como confirmó Le Parisien en las semanas previas al comienzo de su aventura en Catar 2022, relegado a un segundo plano y a la suplencia por Diego Simeone, su entrenador en el conjunto madrileño, en diez de los doce choques disponibles antes de irrumpir en el Mundial en Oriente, el Menino de Ouro sonríe de nuevo en Catar, en esa exigencia constante que tiene consigo mismo, insaciable hasta que gana, hasta que se siente a la altura de los mejores.
Es su ambición. También la convicción que tiene en sus cualidades. Realmente, ni Simeone ni Fernando Santos, su seleccionador en Portugal, dudan de las condiciones de un jugador que entienden que puede llegar a donde quiera, pero al que le falta la regularidad y la determinación de marcar las diferencias en cualquier momento, como han hecho siempre los grandes futbolistas, los mejores, a los que espera alcanzar él algún día. Tiene sólo 23 años.
Ya está en su primer Mundial. Y ya tiene su primer gol en el torneo. En el minuto 78, cuando el partido se movía en un inquietante empate para Portugal, recién igualado por Ghana, definió a la perfección, con todo el talento que tiene, el 2-1 para su equipo, para liderar el grupo H del Mundial y gritar al mundo que está en Catar 2022 para ganar, sin matices.
"Me siento feliz y confiado. Es un gol importante en un Mundial, en la competición que siempre soñamos jugar. Quiero ayudar al equipo y hacer felices a los portugueses", recalcó.
Hasta ahí, Joao Félix ha soportado los altibajos. En el Atlético. Y en Portugal. No ha sido jamás un titular indiscutible en su selección. Incluso esporádico desde el año 2020 en adelante, en el ciclo que lo ha dirigido hacia el primer Mundial de su carrera.
De su potente irrupción, como aquel prodigio que asombró al mundo en el Benfica y promovió el traspaso más alto económicamente de la historia del club madrileño (120 millones de euros), transitó hacia la sospecha que tantas veces suscitan talentos tan grandes en el fútbol actual, en el que se le exige una entrega defensiva que quizá no corresponde a jugadores de sus características.
Desde su debut como internacional el 5 de junio de 2019, durante sus primeros dos años jugó ocho de sus primeros 15 partidos (11 con minutos para él) como titular en el esquema de Fernando Santos, hasta el 0-0 de Portugal contra España, el 4 de junio de 2021, cuando fue cambiado al descanso.
De sus siguientes 12 choques nada más disputó dos de inicio. De los seis previos a la preparación a Catar 2022, ninguno partió desde el once (los seis como suplente) hasta la concentración actual, hasta el 4-0 a Nigeria, en el último amistoso, y hasta el inicio de la competición, que lo han repuesto en el sitio que también le ha sido ajeno, incluso, últimamente en el Atlético.
No marcaba un gol con Portugal desde hace dos años, desde el 17 de noviembre de 2020, en el 2-3 a Croacia, el rival que también padeció su primer tanto como internacional (en un 4-1 el 5 de septiembre de 2020).
El otro gol corresponde a un 7-0 a Andorra, antes del anotado este jueves ante Ghana, que derriba una secuencia frustrante de once encuentros con el combinado luso sin batir la portería contraria. Demasiado para cualquiera, aún más para Joao Félix, aunque su promedio no es todavía como lo fue en sus días dorados encarnados.
Con Portugal, es de un gol cada seis partidos. Con el Atlético, de un tanto cada cuatro duelos. Y con el Benfica, cuando rebasó todas las expectativas en sus 43 partidos con el primer equipo, con 20 goles, de una diana cada dos encuentros, el doble que a las órdenes de Diego Simeone y el triple que como internacional, aunque ahora esté en una racha con la que reluce de nuevo: cinco goles en los últimos duelos entre el Atlético y Portugal.