Desde pequeños, la Navidad es sinónimo de ilusión y felicidad. Una época mágica de reuniones familiares, cabalgatas y regalos que los más pequeños jamás olvidarán. Esperar a que Papa Noel entre por la chimenea, preparar leche y galletas para sus majestades y sus camellos o despertar la mañana del 6 de enero junto a toda la familia con el nuevo juguete favorito debajo del árbol o junto a las zapatillas de estar en casa. Son esos recuerdos los que hacen de la Navidad algo especial.
Sin embargo, por desgracia, la ilusión de un niño se desvanece con la edad. El paso de los años convierte las reuniones en compromisos, los regalos en gastos extra y la felicidad en depresión o ansiedad.
Así lo demuestra el estudio elaborado por SIGMADOS en colaboración con la psicóloga Ana Belén Medialdea: "¿Y si menos Navidad fuese más Navidad?"
Según este estudio, cerca del 25% de los encuestados ha experimentado problemas de salud mental, depresión o ansiedad, durante las fiestas navideñas.
Los alegres villancicos o las luces por toda la ciudad disfrazan unos días donde el estrés se convierte en lo normal.
Esta etapa vacacional, famosa por el consumismo que le acontece, desemboca en unos gastos económicos extra que generan estrés a 6 de cada 10 españoles. Entre estos gastos, se incluyen los regalos de Navidad, que suponen un aliciente al problema para más de 5 de cada 10 habitantes.
Otro de los principales motivos de esta acumulación de estrés son, precisamente, las cenas de Navidad.
Estas reuniones familiares provocan encuentros indeseados y discusiones entre los comensales. Además, la alimentación suele ser poco saludable, tanto en las cenas como durante todas estas fechas, con grandes atracones y la aparición de caprichos que despiertan el arrepentimiento después de la festividad.
Por otra parte, las mujeres, en ocasiones, asumen las responsabilidades de planificar y organizar las celebraciones navideñas. Lograr equilibrar las demandas del trabajo con la alta expectación y exigencia de que todo salga perfecto en Navidad es un gran desafío. Si a esto se suman los cambios hormonales propios de un embarazo o el ciclo menstrual obtenemos como resultado que las mujeres son las que más estrés sufren en estas fechas (el 55,7%).
Entre la alegría y la soledad
En cuanto a los sentimientos que provoca la Navidad, un 23% indica alegría, un 11% dice sentirse afortunado, un 27% declara que el sentimiento que le domina es la nostalgia, el 9% siente tristeza y un 36,3% afirma que estas fiestas le producen tristeza, bien por echar de menos a los seres queridos fallecidos (66%), bien por vivir lejos familia o amigos (25,8%) o bien por no tener círculo de amistades o familia (17,4%)
Los jóvenes son los que más solos se sienten en Navidad. El 40,6% de los que tienen de 16 a 29 años declaran tener sentimientos de soledad en estas fechas y 66,3% se alivia cuando acaba la Navidad (porcentaje que, en mayores de 64, sube a 78,1%).
Por último, el 65% de los encuestados ve la Navidad como cualquier época del año, un 19,2% la odia y para el 16% es su época favorita.