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Coincidiendo con el décimo aniversario de los brutales atentados de las Torres Gemelas y el Pentágono Treinta Minutos ofrece “11-S: Estado de Emergencia”, un documental especial elaborado por la BBC que, minuto a minuto, reconstruye cómo se produjeron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. El programa se basa en los testimonios de los supervivientes directos de los ataques de las Torres Gemelas y el Pentágono, en los relatos de familiares que mantuvieron conversaciones telefónicas con los secuestrados de los aviones o con las personas atrapadas en las plantas superiores del World Trade Center, en los recuerdos en primera persona de responsables políticos de alto nivel como Donald Rumsfeld o Condolezza Rice, así como en las narraciones de controladores aéreos, pilotos militares y jefes de bomberos que estuvieron directamente implicados ese fatídico día.

Mediante espectaculares dramatizaciones que describen con todo detalle cómo se produjeron los secuestros de los aviones, los respectivos impactos y colapsos de las Torres Gemelas, la tragedia de las personas atrapadas entre los escombros y las heroicas operaciones de salvamento de los bomberos de Nueva York, “11-S: Estado de Emergencia” incluye las grabaciones de sonido originales de las víctimas que comunicaron con las autoridades y sus familiares para describir la situación.

“11-S: Estado de Emergencia” reconstruye, por ejemplo, la historia de Betty Ong, auxiliar del vuelo 11 de American Airlines, que relató mediante varias llamadas telefónicas a la torre de control de tierra cómo estaban actuando los secuestradores del avión; Ong, al ser descubierta por los terroristas, fue cruelmente asesinada en vuelo antes de que el aparato se estrellara.

Andrew Reyner, un asesor de negocios que trabajaba en el World Trade Center recuerda cómo fue su odisea al quedar atrapado en una planta donde impactó uno de los aviones: describe el panorama, dantesco, con decenas de cadáveres y personas malheridas esparcidas a su alrededor, y explica cómo fue su descenso hacia la calle acompañando a una oficinista gravemente herida; cuando ambos consiguieron alcanzar el suelo, aún tuvieron que sufrir el espeluznante alud de polvo y cenizas que les semienterró en una avenida anexa cuando se desplomó una de las torres.

Andrew Card, Jefe del Estado Mayor de la Casa Blanca será por siempre recordado como el hombre que susurró al oído la noticia de los atentados al presidente George W. Bush mientras este visitaba una escuela de educación infantil en Florida; Card recuerda que el objetivo prioritario era no darles a los terroristas la satisfacción de contemplar el desconcierto o el pánico en el rostro del presidente; además, Card reconstruye cómo fue la evacuación de George Bush en el Air Force One, que tuvo que realizar varias maniobras evasivas de emergencia ante la posibilidad real de ser atacado en el aire.

Jay Jonas, Jefe de la Brigada de Bomberos de Nueva York rememora el dramático ascenso junto con sus hombres a la primera de las Torres Gemelas impactadas: cargados cada uno de los bomberos con 45 kilos de material y equipo protector, subieron para encontrarse con un panorama trágico donde muy poco podían hacer por los supervivientes, atrapados en las plantas superiores a la zona de los impactos. Uno de sus hombres, Jay Jones, describe la impotencia que sintieron al ser evacuados del edificio tras el derrumbe de la primera torre: rememora los sonidos y chasquidos metálicos que presagiaban un segundo colapso, los olores indescriptibles, los zigzagueos de la estructura que se cimbreaba; de camino, aún pudo rescatar a una mujer de edad avanzada que había emprendido la huida por su cuenta pero que, exhausta, había abandonado toda esperanza de sobrevivir.

Alice Hoglan, madre de Mark Bringham, pasajero del fatídico United 93, y Deena Burnet, esposa de Tom Burnett, también pasajero del mismo vuelo y compañero de asiento del Bringhman, rememoran cómo fueron las dramáticas conversaciones con sus familiares secuestrados: sabían que estaban embarcados en una misión suicidad porque ya conocían el fatídico desenlace de los impactos en las Torres Gemelas. En cuestión de minutos, como la mayoría del pasaje del avión, comprendieron que había que detener a los secuestradores al coste que fuera. Su heroica rebeldía supuso una primera línea de defensa contra una nueva forma de terrorismo contra la que America y el Mundo no estaban preparados.

Marc Sasseville, piloto de F-16, recuerda como paralelamente recibió orden de subirse en su cazabombardero para interceptar un avión secuestrado; como su caza no estaba cargado de armamento, despegó sabiendo que la única opción de disuadir al avión secuestrado sería impactar con su propio aparato y confiar en que el asiento eyector funcionase a tiempo para escapar al impacto de los dos aparatos; no tuvo ocasión de alcanzar su objetivo.

Ben Sliney, Director de Operaciones de Aviación y controlador aéreo por más de 25 años, rememora cómo afrontó la difícil decisión de hacer aterrizar a todos los aviones que ese día estaban en el aire sobre territorio estadounidense. Por primera vez en la historia de la aviación norteamericana alguien tomaba la decisión de mantener en tierra los más de 4300 aviones que podían convertirse en posibles proyectiles teledirigidos.

Condolezza Rice, asesora de seguridad nacional del Presidente en aquel momento, y Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, exponen sus emociones y pensamientos a lo largo de todo el documental: describen un escenario apocalíptico, inédito, y reconocen que los acontecimientos en algunos momentos les sobrepasaron hasta que fueron recuperando el control de la situación.