| Archivo
(Actualizado

Madrid se mantiene en cuarta posición entre las ciudades europeas más atractivas para invertir en el sector inmobiliario, sólo por detrás de Berlín, Hamburgo y Dublín, mientras que Barcelona asciende un puesto y se sitúa en el duodécimo, según un informe elaborado por PwC y Urban Land Institute.

El estudio sostiene además que la promoción y el desarrollo es la mejor alternativa ante la escasez de activos de calidad y sectores como el sanitario y de salud, el hotelero, los alojamientos para estudiantes, los data centers o el logístico, están en el punto de mira de los inversores.

Sin embargo, la incertidumbre política, la inmigración, el terrorismo, una hipotética salida del Reino Unido de la UE, o la desaceleración de la actividad en China y el empeoramiento económico fuera de Europa son algunas de las preocupaciones de los inversores que moderan el optimismo generalizado.

El 55% de los encuestados considera que el capital continuará entrando con fuerza en el mercado, gracias al escenario sostenido de bajos tipos de interés en Europa, al mayor atractivo de la inversión inmobiliaria y la volatilidad de los mercados de inversiones alternativas.

Los principales flujos de dinero más allá de la UE vendrán de Asia y América. Sin embargo, los activos de mayor calidad seguirán escaseando, según el 40% de los consultados, y aquellos disponibles estarán sobrevalorados en prácticamente todos los mercados europeos, según el 63% de los entrevistados.

El informe Tendencias, elaborado a partir de 550 entrevistas con los principales actores del sector, recoge además el optimismo de los fondos, de los inversores institucionales, compañías inmobiliarias y bancos sobre la evolución de la industria en los próximos doce meses. Estas expectativas son especialmente favorables en los países del sur de Europa, incluyendo España.

En este sentido, el documento sostiene que nos encontramos ante un mercado inmobiliario en transformación en el que los inversores oportunistas -atraídos por precios bajos y rentabilidades muy altas- están dando paso a otros actores como fondos de pensiones, gestoras de patrimonios, inversores inmobiliarios tradicionales y privados, fondos soberanos o aseguradoras.