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En el siglo XIX empezaron a surgir las primeras hipótesis sobre los supuestos beneficios para la salud del consumo moderado de vino; no obstante, habría que esperar hasta 1991 para que se obtuviese la primera evidencia científica, con el descubrimiento de la denominada “paradoja francesa”: los franceses, consumidores habituales de productos con alto contenido en grasas como el queso y la mantequilla, tenían, sorprendentemente, un índice menor de trastornos cardiovasculares; la clave estaba en el consumo habitual de vino en las comidas.

A partir de ahí, llegó la revolución desde el punto de vista científico: números estudios han avalado desde entonces cómo la ingesta de vino –y de cerveza- tiene relación directa con el descenso del riesgo de padecer determinados tipos de cáncer, accidentes cardiovasculares y colesterol. Son sólo algunas de las ventajas, siempre –se insiste desde la medicina- que hablemos de un consumo moderado y responsable entre adultos. El reportaje de Treinta Minutos “Vino, cerveza y salud” recoge las principales líneas de investigación que hay alrededor de estos dos productos clave en la dieta mediterránea.

El programa ha visitado las instalaciones del Instituto de Investigación de los Alimentos, dependiente del CSIC, donde su directora, Victoria Moreno, explica la importancia del descubrimiento de determinados compuestos fenólicos, como el célebre Resveratrol; allí se mantienen varias líneas de trabajo orientadas a descubrir beneficios en el tratamiento y prevención de dolencias gastrointestinales, alzheimer, cáncer y problemas circulatorios y cardiacos.

Hace 10 años, también en el CSIC, se produjo una auténtica revolución al descubrir el departamento CEVAS el procedimiento para sintetizar y extraer el resveratrol de 45 kilos de uva en una única cápsula. A partir de ahí, laboratorios como ACTAFARMA compraron dicha patente y fueron pioneros en la comercialización de productos como Revidox, que proporcionaría considerables beneficios antioxidantes y de contención del envejecimiento celular.

Treinta Minutos, aprovechando el periodo de vendimia, ha visitado diferentes bodegas madrileñas como El Regajal o Tagonius, donde se ha podido grabar todo el proceso que se sigue con la uva, desde la recogida hasta la introducción en barrica, pasando por la selección, prensado, oxigenación y fermentación. Los diferentes responsables de las bodegas explican cómo se obtienen vinos de una alta calidad, tanto en lo que se refiere a sus cualidades gastronómicas como en sus beneficios para la salud. El sumiller Javier Manzano, de la revista Vivir el Vino, rubrica con su experiencia en el sector algunos de los principios que ahora han descubierto los científicos.

La denominada “vinoterapia”, descubierta en Francia, es una técnica que aprovecha las propiedades regeneradoras del vino para aunar beneficios estéticos, relax y descanso: Treinta Minutos ha visitado el Barceló SPA de Aranjuez, donde ofrecen sesiones de vinoterapia que mejoran la circulación sanguínea, reducen la celulitis, regeneran las células de la piel y proporcionan hidratación en un entorno donde la eliminación del estrés es también un importante factor a considerar.

Respecto a la percepción de los beneficios de la cerveza, también se ha producido en los últimos años una auténtica revolución: en 2007, la Universidad de Valencia realizó un estudio con 50 religiosas de tres monasterios leoneses: durante 2 meses fueron monitorizadas estas monjas en su consumo diario de cerveza sin alcohol. Los resultados fueron sorprendentes: con un consumo controlado y moderado de cerveza los niveles de colesterol de las religiosas descendieron un 8 por ciento.

A partir de ahí, departamentos del CSIC como el “Instituto del frío” han investigado la cantidad recomendable de ingesta de cerveza/día. Este Instituto, por ejemplo, ha rebatido falsos mitos como el de que la cerveza engorda: dos cervezas/día para hombre y una cerveza/día para mujeres, no sólo no engordan, sino que han demostrado efectos sorprendentes para la salud debido al alto contenido de la cerveza en antioxidantes y fibra.

La malta, por ejemplo, ha demostrado ser un factor importante para reducir el riesgo de padecer cáncer de colon, y el lúpulo, ese componente que le da a la cerveza su característico sabor amargo, ha demostrado tener importantes efectos relajantes.

El programa ha visitado asimismo las instalaciones de la marca de cerveza preferida por los madrileños, la célebre fábrica Mahou: allí el programa ha sido testigo de todo el proceso de obtención de la cerveza a partir del lúpulo. Paralelamente, Treinta Minutos ha estado también en las instalaciones de Natur Bier, la primera fábrica de cerveza artesanal, que tiene 20 años de existencia.

La Asociación de Cerveceros de España y diferentes expertos en nutrición intervienen en el reportaje de Treinta Minutos.