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Al pie del fiordo y rodeada de montañas y bosques se encuentra Oslo, la bella capital noruega que es todo un símbolo de la concordia ya que aquí se entrega anualmente el Premio Nobel de la Paz. La ciudad cuenta con una población de 650.000 personas y acoge la sede del Gobierno, el Parlamento y de la Familia Real. También es una de las ciudades más caras del planeta y también una de las más concienciadas con el medio ambiente.

Nuestro primer protagonista, José Manuel, aprendió todo lo que había que saber sobre barcos en Madrid, en la escuela de Ingeniería Naval de la Politécnica y ahora lo pone en práctica en Noruega, uno de los países con mayor tradición navegante del mundo.

Precisamente por mar llegamos al Club Náutico de Oslo (1883), situado en el fiordo a tan solo cinco kilómetros del centro de la ciudad y rodeado de impresionantes mansiones. Los fiordos son uno de los principales atractivos turísticos de Noruega. Hay más de 1.000 y están protegidos por la Unesco. El puerto es también embarcadero de referencia para algunos de los cruceros más grandes del mundo.

El petróleo del Mar del Norte es una de las principales fuentes de riqueza del país, que se mantiene fuera de la zona euro. Después de Rusia es el mayor productor europeo, aunque el sector vive una crisis por el bajo precio al que cotiza el barril de crudo.

Continuamos la visita por los muelles donde se ha levantado el Barcode, un nuevo barrio de modernos edificios que imitan un gigante código de barras. Junto al Ayuntamiento, y en lo que eran los antiguos astilleros, encontramos la "Milla de Oro" de Oslo, la principal zona financiera de la ciudad. Y, como contraste, nos vamos al barrio más popular de la ciudad, Gronland, donde los precios son más baratos y conviven distintas nacionalidades.

COINCIDIMOS CON METTE MARIT Y ADMIRAMOS EL GRITO DE MUNCH

El Museo de los Vikingos expone embarcaciones milenarias y es uno de los más visitados del país. Tras recorrerlo nos desplazamos en tren hasta Lillehammer, que acogió los Juegos de Invierno de 1994; se trata de un bonito pueblo donde los deportes de nieve son una forma de vida. Y no nos podemos ir sin probar la diversión y la velocidad del bobsleigh, donde el cuerpo llega a soportar hasta fuerzas de 3G.

Sara es guía oficial en Oslo. Coincidimos con ella en pleno trabajo, mientras acompaña a un grupo de turistas de Palencia. Recorremos el Parque Vigeland y conocemos la fortaleza de Akershus, la edificación casi más antigua de la ciudad, la plaza del Mercado, donde es habitual comprar flores y frutas, y la Catedral, donde se celebró la boda de los príncipes Haakon y Mette Merit, a la que curiosamente encontramos por casualidad.

El Palacio Real, de estilo neoclásico, abre sus puertas a los visitantes sólo en verano. Pero el gran atractivo artístico de Oslo es, sin duda, el cuadro 'El grito', de Edvard Munch, que se encuentra en el Museo Nacional. Cuando se acerca la hora de la cena, a eso de las 5 de la tarde, es una buena opción acercarse al mercado de Mathallen, un centro gastronómico gourmet al estilo del madrileño mercado de San Miguel.

A continuación conocemos a Sandra, que nos recibe en Sandvika. Es enfermera y nos cuenta cómo funciona el sistema sanitario noruego. Con ella visitamos también el parque Ekeberg, que sirvió de inspiración al atormentado Munch, y desde el que se puede divisar todo el fiordo de Oslo.

Si decides volver a la ciudad en taxi, ten en cuenta que son los más caros del mundo. Para compensar el susto de la factura puedes dirigirte a Smelteverket, el bar más grande de Escandinavia, con una barra interminable. Aunque quizá te lleves otro susto cuando pidas la cuenta.

Nuestra última madrileña, Sonia, es científica y trabaja en investigación contra el cáncer en un hospital público. Con ella visitamos el Ayuntamiento, un edificio de aspecto sobrio, casi 'soviético', como explica Sonia, pero que acoge todos los años la entrega del premio Nobel de la Paz en su sala principal, decorada con murales alusivos a la ocupación nazi de la ciudad. Muy cerca se encuentra el Grand Hotel, que es donde se aloja el premiado y también donde se celebra la cena de gala tras la entrega del premio.

Un nuevo icono arquitectónico de la ciudad, la Ópera, es nuestra siguiente parada. El edificio simboliza un iceberg que que emerge del fiordo y tiene la peculiaridad de que se puede pasear por el techo.

Después de tomarnos algo en el curioso bar de hielo, terminamos nuestro viaje en una de las atracciones principales de la ciudad, el salto de esquí de Holmenkollen, una espectacular instalación con capacidad para 70.000 personas que ha albergado durante más de un siglo importantes competiciones, incluidos unos Juegos Olímpicos, además de un museo del esquí, el deporte que inventaron los noruegos.

RECOMENDACIONES DE VIAJE

No hay recomendaciones específicas.

DOCUMENTOS Y VISADO:

Los nacionales del EEE pueden viajar con pasaporte o DNI. No se requiere visado.

SANIDAD:

Las condiciones sanitarias son buenas. En todo caso, se advierte que la asistencia médica estaá sujeta a un pago inicial por las consultas, así como los servicios de laboratorios y de radiografía, entre 20 y 30 euros por visita médica. Las medicinas se pagan en su totalidad. Las personas que no tengan consigo la Tarjeta Sanitaria Europea y usen los servicios públicos de medicina general, deberán adelantar la totalidad de los servicios prestados.

DIVISAS:

La entrada y salida de divisas es libre hasta un máximo de 25.000 coronas noruegas tanto en billetes como en monedas.

OTROS:

Se recomienda respetar escrupulosamente las normas de circulación, señalización y límites de velocidad. Es habitual la exigencia del pago in situ de la multa. En el caso de impago de sanciones pecuniarias, son aplicables subsidiariamente penas privativas de libertad.La conducción bajo los efectos de medicamentos está también penalizada.