Puntilla a la historia y arraigo de la Cataluña taurina
La Cataluña taurina ha pasado a la historia después de que su Parlament aprobara la abolición de las corridas de toros en la región, un adiós a siglos de historia y arraigo en una Comunidad que en otros tiempos fue cuna y referencia mundial de "la Fiesta" de los toros.
A partir del año 2012 veremos cerrada una plaza de toros con mucha historia. Concretamente la actual plaza de Barcelona desde 1916. La Monumental tien ya casi 100 años de historia. Son muchas tardes de toros, muchas anécdotas, muchos triunfos.
Por esta plaza, una de más importantes del mundo han pasado todos los grandes toreros. Manolete cimentó allí su carrera. Allí reapareció Luis Miguel Dominguín. Y allí mismo debutó Paco Camino, siendo Joaquín Bernadó quien más veces hizo el paseillo.
En las décadas de los treinta, cuarenta y cincuenta llegó a ser incluso más importante que la Maestranza o las Ventas. La rivalidad de "Manolete" y Carlos Arruza en los cuarenta, y tras la muerte del primero en Linares, la de "Chamaco" y Joaquín Bernadó en los cincuenta, fueron señera durante dos décadas.
La plaza de toros de Barcelona ha sido la única en los últimos años en la que se acogían espectáculos taurinos, pero la historia taurina en Cataluña se remonta casi tres siglos atrás, con toros en todas las capitales de provincias y en varias de sus localidades.
La primera corrida de toros que se acogió por primera vez en Cataluña data de 1387 y fue en Barcelona, según se recoge de forma oficial en el Archivo Histórico de la Corona de Aragón, que se encuentra en la Ciudad Condal.
Pero no fue hasta comienzos del siglo XIX cuando "la Fiesta", como se conoce ahora, pasó a tener mayor proliferación e importancia en tierras catalanas, cuando se empezaron a crear las primeras plazas de toros y celebrar las primeras corridas.
"El Torín", en el barrio marinero de La Barceloneta, nombre con el que también se le llamó, fue el primer coso importante y referente en Cataluña (inaugurado en 1834), además de otras plazas con interés taurino como Olot (1859), Tortosa (1878), Tarragona (1883), Figueres y Mataró (1894), Girona (1897), y otras como Caldés de Montbui, Vic, Cardona, Camprodón, Manlleu, Ripoll, Amposta, Manresa o Lleida.
En esa época la celebración de espectáculos taurinos se realizaban acorde a una demanda de "aficionados", lo que era muy común la financiación por parte de ellos mismos a la hora de construir plazas de toros en la región e incluso para programar festejos, por lo que el negocio taurino se podía considerar bastante rentable.
Más aún cuando en el año 1900 nació la segunda plaza de toros en Barcelona, "Las Arenas", y catorce años después la tercera, llamada inicialmente como "Los Sports", aunque tras su remodelación y ampliación de aforo, en 1916 pasó a llamarse "La Monumental", construida por el arquitecto catalán Gaudí.
El comienzo del fin del toreo en Cataluña tiene su punto de partida en 1988, cuando el Parlamento promulga la Ley de Protección animal, limitando la celebración de festejos taurinos, y también en 2004 cuando Barcelona se declara ciudad antitaurina, corriente que se extenderá por muchos municipios, provocando la desaparición a partir de 2005 de todas las plazas de toros catalanas excepto La Monumental.
Y desde hoy, también esta plaza tiene los días contados. A partir del 1 de enero de 2012, "La Monumental" cerrará sus puertas a los festejos taurinos para siempre, el punto y final definitivo al taurinismo catalán.
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