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Dicen que los toreros están hechos de otra pasta, unas pasta que les permite volver hacer frente a los miuras sin apenas haberse recuperado. Ese es el caso de Miguel Abellán que tras dos semanas ingresado volvió a vestirse de luces.

El pasado 12 de junio el diestro sufrió una grave cogida en la cara cuando se disponía a matar su primer toro en la Plaza de las Ventas de Madrid. Tras haber sido operado, Miguel Abellán abandonó la Clínica de la Fraternidad muy animado y asegurando que parecía el PO ZI.

Pero su sangre es taurina, los ruedos le esperaban y él no sabe defraudar a sus seguidores, así que a pesar de que los médicos desaconsejaron su rápida vuelta, Abellán se enfundó un traje de luces blanco y plata para pisar el albero sevillano.

"Ya estoy casi al 100%", publicaba el torero en su Twitter, a la par que informaba sobre sus ganas por volver a ruedos.

Emocionado y con muchas ganas llegó Miguel Abellán a Sevilla, donde la Maestranza le brindó todo su apoyo, pese a que "no hubo suerte", pero sí "Sevilla tiene un color especial".