La influencia de los hiperrealistas Antonio López y Richard Estes tiñen las pinceladas de los cuadros de Agustín González. Sus lienzos, que se exponen en Madrid hasta el 15 de enero, engañan al ojo humano y consiguen que los paisajes urbanos de Madrid y Nueva York se confundan con fotografías.
El Palacio de Cibeles de Madrid, los reflejos en el asfalto de un día lluvioso en la Plaza del Callao o una atestada y luminosa Times Square son algunos de los paisajes urbanos que protagonizan la selección de 33 cuadros del pintor hiperrealista Antonio González Salvador (Cendejas de la Torre, Guadalajara, 1959), que desde ayer y hasta el 15 de enero se pueden contemplar en la madrileña Galería Zúccaro.
La técnica pictórica del artista guadalajareño consigue que las estampas metropolitanas de sus lienzos se confundan con fotografías y, según ha explicado el pintor a Efe, el método con el que inicia su proceso creativo enfocado al hiperrealismo es precisamente con cámara en mano.
"Pinto de fotos que previamente hago al espacio que quiero pintar. Busco la buena luz, voy al sitio varias veces, hago muchas fotos, y luego elijo definitivamente una que me encaje. Sobre esa foto ya dibujo y pinto", comenta.
Apasionado de la pintura desde los 12 años, González explica que se inició en el realismo exacerbado llevado al lienzo por su objetivo de pintar las cosas "tal y como son", y por su "ánimo de imitar" el trabajo de Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936), uno de los máximos exponentes de este movimiento artístico en España.
Puede palparse la influencia del Premio Príncipe de Asturias de las Artes de 1985 en la obra de González, desde la técnica hasta el recurrente protagonismo de Madrid y su Gran Vía en sus pinceladas.
"Siempre me ha fascinado y siempre me ha llamado muchísimo la atención su pintura", reconoce González.
Aunque, explica que su pintura también bebe del legado de Richard Estes (Kewanee, Illinois, 1932), uno de los fundadores del hiperrealismo, tendencia artística que surgió a finales de los años 60 en Estados Unidos y que González sigue cultivando, emulando en su obra los habilidosos reflejos que Estes pinta en la suya.
"En esta exposición hay unos cuadros con lluvia porque quería buscar el efecto que se produce del reflejo de los edificios en el suelo cuando está mojado", apostilla.
Esos cuadros, que reflejan la Gran Vía y Nueva York -"es un tema que siempre gusta mucho", comenta-, al igual que toda la producción hiperrealista, "requiere mucho tiempo", arguya González.
Los más de treinta cuadros, que están muy bien cotizados y que expone en la Galería Zúccaro son fruto del trabajo de años dedicando "todo su tiempo a la pintura", apostilla el pintor.
Y, aunque reconoce que su impresión sobre el mercado pictórico es que las ventas de obras hiperrealistas han decaído desde hace dos o tres años, González sigue siendo optimista.
"El hiperrealismo siempre está. Habrá épocas que esté más de moda o menos, pero cuando la gente va a ver mis cuadros detecto que disfrutan", concluye.