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Después de ocho años dirigiendo los Teatros del Canal, Albert Boadella regresa a la que fue su "casa", pero a sus tablas, para representar El sermón del bufón, un espectáculo cargado de humor en el que el dramaturgo repasa su vida y su carrera, algo "novelesca", para contar lo que ha "vivido".

"Me causa una cierta perplejidad ser presentado aquí", ha bromeado hoy Boadella (Barcelona, 1942) sobre su regreso a los escenarios -no se subía a ellos de forma "constante" desde 1975-, un retorno que es precisamente en las tablas del Canal, donde representará El sermón del bufón a partir del 8 de marzo en cuatro únicas funciones con las localidades agotadas.

Dirigida y escrita también por él, se trata de una obra "ante todo generosa, en el sentido de que es la transmisión de determinadas experiencias" de su vida "artística y personal", ha explicado en rueda de prensa. "Yo no paso cuentas con nadie, simplemente cuento lo que pienso, lo que he vivido", recalca el dramaturgo sobre el espectáculo sobre su "novelesca" vida.

Para que la obra no se convirtiese en un "autohomenaje" ha hecho un "juego entre dos personalidades de sí mismo" en el escenario: Albert -un hombre "más cercano a la infancia", que es la época en la que cree que "se hace" un artista-, y Boadella, el hombre que "se ha ido haciendo con los años", más "cívico y reflexivo".

"Los dos configuran miradas distintas sobre situaciones que se han producido", apostilla el fundador de la compañía Els Joglars, que con este regreso a las tablas después de "mucho tiempo" vive una sensación "fantástica y formidable": "Salgo al escenario como Pedro por su casa, es algo enormemente agradable".

En El sermón del bufón, Boadella también incluirá "fragmentos" de las obras o escenas que han sido "especiales" en su vida, y también hará en el espectáculo "algunos personajes". Entre otros ha citado al rey Juan Carlos I, de quien, "si hubiese tenido una corte", le habría encantado "ser su bufón" porque es un hombre "muy cachondo".

Sobre la posibilidad de que el ayuntamiento de Madrid quite el nombre de "Max Aub" y de "Fernando Arrabal" a las salas de las Naves del Matadero, ha señalado que "hay que andarse mucho cuidado" con "poner nombres a las salas de teatro" y que con los "contemporáneos hay que esperar".

Acerca de Cataluña, ha asegurado que "unos desvergonzados han jugado con los sentimientos de arraigo" y han inducido "una paranoia" a la población y que eso "no tiene justificación alguna".