Viaje a Aracataca, el Macondo de Gabriel García Márquez
Macondo, el lugar mágico e imaginario creado por Gabriel García Márquez, fue sacudido por la muerte del Nobel colombiano, un hecho que enluta a Aracataca, su tierra natal y en la que se inspiró para dar vida a ese pueblo mítico.
Las calles de este pueblo de unos 38.000 habitantes y enclavado en lo más caluroso del bajo curso del río Magdalena, en el norte de Colombia, que normalmente permanecen solas, están llenas de propios y extraños que quieren visitar los lugares en los que vivió el autor de "Cien años de soledad", clásico del realismo mágico.
Cuando se conoció la noticia del fallecimiento de Gabo, a los 87 años en Ciudad de México, Aracataca se llenó de tristeza, las campanas de la iglesia de San José, donde fue bautizado, tocaron en señal de duelo para avisar la mala nueva y la Alcaldía decretó cinco días de luto.
Gabriel García Márquez nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, pueblo al que su padre, Gabriel Eligio García Martínez, había llegado tres años antes para trabajar como telegrafista y donde conoció a la que se sería su esposa y madre de sus once hijos, Luisa Santiaga Márquez Iguarán.
El joven Gabo, como le dicen sus paisanos, vivió hasta los diez años con sus abuelos en esa casa grande del pueblo, hoy convertida en museo, a donde acude la gente para recordar pasajes de los libros que el Nobel escribió con una prosa mágica sin igual.
De los viajes que García Márquez hizo al pueblo después de que su familia se fue de Aracataca, dos fueron fundamentales en su vida y obra.
El primero fue a comienzos de marzo de 1952 con su madre para vender la casa de los abuelos, viaje que se convirtió para él en un regreso a sus orígenes familiares, que plasmaría luego de forma magistral como ficción en su obra.
El otro, que fue el último, lo hizo el 30 de mayo de 2007, después de 25 años de ausencia, a bordo del "tren amarillo" que aparece en sus obras y que ocho décadas antes recorría la zona bananera del norte de Colombia en tiempos de esplendor.
Fue a ese otro viaje al recuerdo con motivo de sus 80 años de edad, los 40 de "Cien años de soledad" y los 25 del Nobel.
En la verja de la casa museo algunos de sus paisanos colgaron fotos con Gabo de ese viaje, al lado de un cartel de despedida en el que estaba escrito a mano: "Gabo, te marchaste pero dejaste un legado grande; en el mundo entero con tu inteligencia diste a conocer en tus obras literarias al Macondo de las mariposas amarillas el cual representa a tu pueblo natal".
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