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"La única libertad es la indiferencia", "En la vida hay pocas certezas. Sólo que los hombres dudan, recuerdan y mueren". Son alguna de las frases que Arturo Pérez-Reverte pone en boca de su protagonista: Max Cortés. Un bailarín de tango, surgido de los bajos fondos, que a bordo de un transatlántico camino de Buenos Aires seduce a una enigmática mujer de la aristocracia.

En Buenos Aires arranca esta historia de amor trufada de tangos clandestinos en los barrios porteños de Barracas y Boca. La historia de amor entre Max Cortés y Mecha Inzunza transcurre a lo largo de casi 40 años. El segundo episodio en este idilio turbulento tiene lugar en Niza, en 1937, entre los aristócratas españoles refugiados durante la Guerra Civil. El tercero y final, en la localidad italiana de Sorrento durante el transcurso de un campeonato internacional de ajedrez.

Arturo Pérez-Reverte comenzó a escribir esta novela en 1990. Pero lo aplazó cuando vio que no podía continuar la historia. Ha tenido que esperar hasta 2012 (ya cumplidos los 61) para terminar esta historia crepuscular. Porque los héroes, o mejor dicho antihéroes de esta novela miran al pasado con el desencanto de los años, con la certeza de que no hay victoria posible. Un prototipo muy repetido a lo largo de sus novelas. Como el de la mujer. Mecha Inzunza es una mujer arrebatada, transgresora, muy al hilo de la Teresa Mendoza de "La Reina del Sur". No en vano, Arturo Pérez-Reverte nos confiesa que "nunca me ha gustado la mujer que cuando llegan los indios grita, y se coge del brazo del héroe. Prefiero la que agarra el winchester y dispara, la que dice: tranquilo, descansa, que ahora vigilo yo. Ése es el tipo de mujer que me gusta.

"El tango de la Guardia Vieja" sale a la venta el 21 de noviembre.