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"La flauta mágica" llegará al Teatro Real de Madrid bajo la dirección escénica de Barrie Kosky y la compañía 1927, con una curiosa producción que recurrirá al encanto del cine mudo para trasladar al público el mismo espíritu popular y directo con el que la concibió Wolfgang Amadeus Mozart.

Estrenada en 1791 en un teatro de los suburbios de Viena que era propiedad del autor del libreto, Emanuel Schikaneder, se trata de un "singspiel", un género "que se cantaba en el idioma de la gente e incluía melodías populares, con mezcla de estilos y gran libertad de composición, pero que era considerado un tipo menor e intrascendente hasta que Mozart lo convirtió en algo sofisticado".

Así lo ha señalado hoy el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, en la presentación a los medios de esta obra junto a Ivor Bolton, que estará al frente del doble reparto y del Coro y la Orquesta Titulares del Real, "siguiendo el sonido natural del siglo XVIII, con trompas y trompetas", y Tobias Ribitzki, asistente de Barrie Kosky y encargado de todas las reposiciones de la producción.

Esta, un éxito desde su estreno en la Komische Oper de Berlín en 2012, llegará a Madrid del 16 al 30 de enero tras recorrer el mundo completamente renovada, excepto por la gran pantalla trasera, que será la misma que la de su representación en la capital alemana.

Se trata de un elemento fundamental en este particular montaje en el que no hay escenografía, solo ese gran panel sobre el que se proyectan elementos de animación con los que interactúan los cantantes y también las cartelas con las partes habladas, evocando el cine mudo de los años 20 y de Buster Keaton.

"Ha sido muy divertido, pero ha exigido muchos ensayos por la dificultad de actuar sin mirar atrás, a lo que sale en la pantalla, de forma que los intérpretes no perdieran la condición de personajes por la de espectadores", ha destacado Ribitzki.

En opinión de Matabosch, "funciona tan maravillosamente bien porque, a pesar de lo chocante que pueda resultar, termina siendo muy pertinente; lo que hacía Mozart era recuperar un género muy popular y cotidiano, y Barrie Kosky apela a un género como el cine mudo, que también lo es". "¡Dejaos llevar!", ha animado el director artístico.

Bolton, que ha dirigido "La flauta mágica" en múltiples ocasiones, ha señalado que la de Kosky es su producción favorita y ha destacado cómo "captura de un modo brillante la idea de Mozart de la Ilustración".

De hecho, ha subrayado, se dice que "es la primera ópera masónica, con la necesidad del paso del oscurantismo a la luz", pues tanto Mozart como Schikaneder eran masones. Ribitzki, no obstante, ha recordado que posee "muchas otras lecturas" y que por eso no ha perdido actualidad.

"Mozart creó esta ópera como un divertimento popular, pero todo el mundo puede extraer algo de ella. Hay maquinaria y poleas que suben y bajan, que recuerdan a la época industrial, pero también hay elementos de Walt Disney, como elefantes voladores de color rosa. En ese sentido es muy Mozart, pues nunca era claro, ni siquiera en definir quién era el bueno y quién el malo", ha dicho.

El doble reparto de Madrid estará integrado, entre otros, por Joel Prieto y Norman Reinhardt en el papel de Tamino, Sophie Bevan y Sylvia Schwartz como Pamina, Joan Martín-Royo y Gabriel Bermúdez como Papageno, Ana Durlovski y Kathryn Lewek serán la Reina de la Noche, Ruth Rosique interpretará a Papagena y, por último, Chrisfof Fischesser y Rafal Siwek serán Sarastro.

"Hay 16 cantantes españoles en ese reparto y no están en él porque sean españoles, sino porque son excepcionales, lo que creo que quiere decir muchas cosas", ha destacado Matabosch.

La llegada de "La flauta mágica" al Real, que mañana acogerá el ensayo general y está teniendo una gran acogida del público, como se aprecia en el ritmo en la venta de entradas, contará además con una batería de propuestas paralelas, como un ciclo de películas dedicado a Buster Keaton en el Círculo de Bellas Artes y la proyección de la versión de Ingmar Bergman en la Filmoteca Española.