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Dice su hijo, José Luis Rueda, que su padre fue un hombre del renacimiento, que junto a él aprendió a admirar el arte y el conocimiento. Quizá por estos motivos vive con verdadera emoción la creación de la galería Binomio en la Plaza del Biombo, al lado mismo de la Plaza de la Villa. La galería "Binomio" toma el nombre de uno de los cuadros más conocidos de Gerardo Rueda, una obra de transición en la trayectoria pictórica de uno de los fundadores del Museo de Arte Abstracto de Cuenca (junto a Fernando Zobel y Gustavo Torner).

La emoción está justificada. El pintor informalista tuvo aquí su último taller hasta su muerte en 1996. Ahora su hijo transforma el espacio. Pero en él sólo podemos encontrar dos obras de Rueda: el citado Binomio y el lienzo monocromo Costa (1962). Ninguno de los dos está a la venta. Junto a ellos, el resto de cuadros que se exponen para el público.Y aquí el nivel de lo expuesto sube muchos enteros. El lienzo más caro es un Cocktail Party de Antonio Saura valorado en 360 mil Euros, el más barato un Ana Peters por 9 mil. Entre medias, nombres imprescindibles de los últimos 50 años como Pablo Serrano, Luis Gordillo, Julio González o Ben Nicholson en el ámbito internacional. Binomio guarda también un lugar para la fotografía con instantáneas, por ejemplo, de Alberto García Alix o Robert Mapplethorpe.

Entre los proyectos futuros está un homenaje al collage en su centenario y, sobre todo, ampliar Binomio. En dos meses Rueda quiere incorporar a la galería el local aledaño para construir un bar-café preparado para debates y tertulias culturales. Y más aún: en siete meses, Rueda proyecta sumar el sótano hasta llegar a alcanzar más de 700 metros cuadrados.