El escritor José Manuel Caballero Bonald ha recibido hoy el Premio Cervantes de manos del príncipe Felipe, en la solemne ceremonia que está teniendo lugar en el paraninfo de la universidad de Alcalá de Henares.
La entrega del Cervantes constituye el acto central del Día del Libro, en el que se conmemora la muerte de Cervantes y de Shakespeare.
Por segundo año consecutivo, el rey no ha podido presidir la ceremonia por motivos de salud. Lo han hecho los príncipes de Asturias, que han estado acompañados por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y su esposa; el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
Tras la lectura del acta del jurado por parte de la directora general de Industrias Culturales y del Libro, María Teresa Lizaranzu, don Felipe le entregó el premio a Caballero Bonald, que va vestido con el chaqué reglamentario en este tipo de actos, en medio de una cerrada ovación de los asistentes.
NUMEROSAS AUTORIDADES
A la ceremonia asisten también el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso; el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua; el secretario de la RAE y presidente del jurado del Cervantes, Darío Villanueva; el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, y la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos.
La entrega del Cervantes cuenta además con la asistencia de numerosos escritores como Antonio Gamoneda, Eduardo Mendicutti, Félix Grande y Benjamín Prado; de políticos como Alfonso Guerra y Carmen Alborch, y del cantante Miguel Ríos, entre otros representantes del mundo de la cultura.
Caballero Bonald, de 86 años, ganó a finales del pasado mes de noviembre el Premio Cervantes por ser un verdadero maestro en el uso del idioma y por una prolífica e intensa trayectoria en la que ha cultivado casi todos los géneros, aunque sus principales desvelos han sido para la poesía.
El escritor, acompañado hoy por su mujer, Pepa Ramis, por dos de sus cinco hijos y por tres nietos, ha merecido otros premios como el Nacional de las Letras, el Andalucía de las Letras, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Federico García Lorca y, en tres ocasiones, el de la Crítica.
CABALLERO BONALD: LA POESÍA PERMITE CORREGIR LAS ERRATAS DE LA HISTORIA
El escritor José Manuel Caballero Bonald ha reivindicado hoy, en su discurso de agradecimiento del Premio Cervantes, "la potencia consoladora" de la poesía, tan necesaria en un mundo como el actual, "asediado de tribulaciones y menosprecios a los derechos humanos".
"La poesía puede corregir las erratas de la historia", afirmaba Caballero Bonald antes de asegurar que, como decía Pavese, la poesía "es una forma de defensa contra las ofensas de la vida". "Siempre hay que defenderse con la palabra de quienes pretenden quitárnosla. Siempre hay que esgrimir esa palabra contra los desahucios de la razón", añadía el gran escritor gaditano.
Su discurso, que leyó con voz firme, pausada, y con ese lejano deje andaluz que todavía le queda, estuvo dedicado en buena medida a Cervantes, a su infravalorada poesía, a su concepción de la libertad y a esos años enigmáticos y "zonas de penumbra" que hay en su vida, "esas huidas imprevistas, zozobras, cautiverios", que vienen a ser como "la síntesis biográfica de un perdedor".
Pero, por muchos fracasos y decepciones que sufriera, Cervantes "nunca renunció a ir macerando en la memoria su más universal empeño creador: el que hizo de la libertad un fecundo condimento literario". Basta con ojear "el esplendor polifónico" del Quijote para entender que "todo lo que tuvo de infortunada la vida de Cervantes acabó encontrando una justiciera contrapartida en esa manifestación suprema de la propia libertad que es la palabra".
En esos años en los que un Cervantes "solitario y meditabundo" estuvo alejado de las letras; cuando navegaba "sin brújula entre los boatos de la Italia renacentista o los intramuros argelinos del cautiverio", por la corte de Felipe II o "la babilónica Sevilla de finales del XVI y principios del XVII", iría "trasegando de la vida a la memoria algunos de los hechos y personajes" que luego figurarían en sus obras.
"Más que la imagen del vencido por la vida, lo que ese Cervantes acaba sugiriendo es la del vencedor literario de todas las batallas por la libertad", señaló Caballero Bonald, quien al principio de su discurso recordó a otros escritores que ya han recibido "el premio mayor de nuestras letras", como Antonio Gamoneda, José Emilio Pacheco, Juan Marsé, Ana María Matute o Juan Gelman, "amigos queridos y autores predilectos".
Superviviente, junto con Francisco Brines, de la llamada Generación de los cincuenta, Caballero Bonald también mencionó a otros "compañeros fraternales" -José Ángel Valente, Carlos Barral, Ángel González, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo- "a quienes la muerte cercenó la posibilidad" de recibir el Cervantes.
DON FELIPE ALABA LA "PALABRA LIBRE" Y LA LUCIDEZ CREADORA DE CABALLERO BONALD
El Príncipe de Asturias ha ensalzado hoy la "palabra libre" del poeta José Manuel Caballero Bonald, tras entregarle el Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá, y ha alabado su "integridad extrema" y su "lucidez y valentía", considerándole un "referente del rigor literiario".
Acompañado de doña Letizia y en presencia del jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, en el histórico Paraninfo de la Universidad, don Felipe ha definido a Caballero Bonald como "un navegante solitario, resistente a las modas y las actitudes gregarias, frente a las cuales ha mantenido un constante desafío de infractor".
"Solo una palabra libre puede sacudir letargos y remover conciencias", ha subrayado en un discurso no solo dedicado a la poderosa vertiente literaria del galardonado, sino también a su compromiso vital porque, ha dicho, "la inquietud, a veces interpretada como disconformidad, ha sido un elemento clave en su trayectoria vital y literaria".
El autor gaditano, ha proseguido el Príncipe, "reclama lectores decididos a salir de sí mismos y a compartir la aventura de buscar con esa palabra nuevos espacios de vida individual y social".