(Actualizado

Cenar y disfrutar del aire libre, pero además, hacerlo mientras se asiste a una representación teatral. Es la apuesta de los veranos del Teatro Galileo, que vuelven un año más al patio exterior del recinto y que durante los meses de verano trae una divertida comedia de Jardiel Poncela.

Este es el segundo año que se realiza este tipo de representación y el público ha respondido magníficamente pues, como dicen los asistentes, hay pocas ocasiones en que se pueda cenar al aire libre y a la vez asistir a una obra teatral.

«Cuatro corazones con freno y marcha atrás», una comedia de Enrique Jardiel Poncela estrenada en 1936 y que se presenta en la terraza del teatro Galileo, bajo la dirección de Gabriel Olivares. «Fue -recuerda- la primera función que vi en el Teatro-Circo de Albacete. Era un niño y me moría de la risa».

Según Olivares, Jardiel mezcla muy bien lo popular con lo elitista, bañado de absurdo. «Conecto de una manera muy natural con él. Me gustan muchísimo las situaciones, los personajes y, sobre todo, el uso del lenguaje, que no sé si se entendió bien en su época». Jardiel, sigue, «mezcla como nadie el humor y la poesía. Eso es Jardiel, esa unión. Y además es un autor muy moderno: esta función es prácticamente ciencia ficción». Poner en pie esta obra significa, para el director, «reconciliar al público con un tipo de teatro que siempre se ha hecho de manera convencional y yo estoy intentando hacer de otro modo, darle una vuelta».

La función la ha llevado Olivares a los años setenta, y el público entrará en un guateque -«pero no he cambiado ni una sola fecha del texto»-. El espacio, con el público distribuido en mesas, ha condicionado el montaje. Olivares ha integrado los propios jardines. «El propio espacio es un protagonista más».