La Comunidad quiere declarar Bien de Interés Cultural la gasolinera de Alberto Aguilera

  • Construida en 1927 por Fernández-Shaw esta considerada como "obra maestra del racionalismo español"

La Comunidad de Madrid quiere declarar Bien de Interés Cultural (BIC), en categoría de monumento, la gasolinera de Alberto Aguilera, 18, construida en 1927 y considerada "una de las obras maestras del racionalismo español".

Según consta en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad ha abierto un período de información pública y trámite de audiencia en el expediente de declaración de BIC, en la categoría de Monumento, de esta estación de gasolina creada por Casto Fernández-Shaw Iturralde, una de las figuras "más singulares y heterodoxas del racionalismo español".

Durante los años veinte del siglo XX se produjo la incorporación efectiva del automóvil a la vida cotidiana, con lo que se tuvieron que crear edificios específicos para el repostaje de vehículos a motor. Uno de ellos es esta gasolinera creada en 1927 por encargo de Ignacio Fuster Otero para 'Petróleos Porto Pi, Sociedad Anónima', empresa que tenía el monopolio del refinado y la venta de petróleo ruso en España.

Fue construida en 1927 en un tiempo récord de cincuenta días y está considerada "una de las obras maestras del racionalismo español".

MARQUESINA, CASETA Y TOTEM PUBLICITARIO

Este proyecto cuenta con tres elementos esenciales que conformarían en el futuro la tipología de las estaciones de servicio: la marquesina, la caseta de venta y oficinas y el tótem publicitario, todos ellos objetos de protección.

La marquesina principal de hormigón armado se concibió como una estructura porticada lineal de cuatro pilares y nervaduras en doble peine soportando una fina bandeja de hormigón, a imitación de la construcción naval y aeronáutica.

La marquesina secundaria, a mayor altura, protegía el espacio existente entre la anterior y la caseta de oficinas, proporcionando iluminación natural y la caseta estaba decorada exteriormente con publicidad de la petrolera 'Porto Pi'.

El interior tenía una zona central acristalada dedicada a exposición de vehículos, una pequeña oficina y una minúscula vivienda para el empleado.

La torre publicitaria de hormigón, en posición descentrada, con un remate curvo a modo de chimenea de ventilación de barco, era una llamada de atención y soporte de publicidad visual y acústica y se accedía al interior de la torre desde la oficina por una escalera de caracol.

La crítica ha considerado este proyecto, junto con la Casa del Marqués de Villora en la calle Serrano, de Madrid, obra de Rafael Bergamín, y el Rincón de Goya en Zaragoza, obra de Fernando García Mercadal, las obras precursoras del racionalismo en España.

ELEMENTOS A PROTEGER

El bien objeto de declaración está constituido por el edificio de oficinas y servicios desarrollado en dos plantas, la torre de hormigón armado de carácter simbólico y publicitario y las dos marquesinas del mismo material.

Es elemento integrante del monumento la placa que recuerda y documenta la reconstrucción de la Estación de gasolina en 1996; pero no lo son los elementos publicitarios identificativos de la propiedad del inmueble, de las compañías suministradoras de productos u otros.

Tampoco se incluyen en esta protección los surtidores y máquinas instaladas en el inmueble, aunque se hallen fijadas al mismo.