Concha Velasco: "Teresa, además de santa y escritora, también fue mujer"
La actriz Concha Velasco, que se metió en la piel de Santa Teresa en la serie del mismo nombre, ha vuelto hoy a dar voz a esta santa, escritora, doctora de la Iglesia y "también" a la mujer que fue, y cuyo legado permanece vigente cinco siglos después de su nacimiento.
La actriz ha encarnado de nuevo a esta mística española en una lectura celebrada en la Biblioteca Nacional de "El Umbral de la Hoguera", una novela reeditada por la editorial Almazara y firmada por Josefina Molina, la directora de la serie que acercó al gran público el personaje de Teresa de Jesús, tal y como firmaba sus textos.
Formada por ocho entregas, la serie dibuja la vida de la carmelita desde los 23 años hasta su muerte, aunque tanto la protagonista como su directora no pudieron profundizar, por falta de tiempo, en el viaje que realizó a Andalucía en 1575, siete años antes de morir y que vertebra la trama de la novela.
"Si tuviera que hacer algo de Santa Teresa de nuevo, haría este libro (...) ahora tengo la edad, las arrugas y la experiencia", señala la actriz sobre una novela enmarcada en la época en que comienza el declive de la vida de la religiosa.
En la Biblioteca Nacional, donde se ha desarrollado la lectura, se encuentra una de las copias del libro de "La Vida", una elección que no ha sido casual: "Queríamos recordarla en el sitio donde se encuentra la memoria de este país", ha indicado a Efe Molina, que rubrica esta ficción histórica y que en 1984 fue la encargada de llevar a la televisión la vida de esta mujer.
El objetivo de "El Umbral de la Hoguera" es "revelar" a la mujer que se esconde tras el mito popular, a una mujer que, en 1575, viaja a la cálida Andalucía, procedente del gélido Ávila, en un viaje en el que conoce una "naturaleza distinta, exhuberante", y en el que descubre "una especie de sensualidad".
Un descubrimiento generado por sus encuentros con el Padre Gracián, un religioso treinta años más joven que ella, por el que sintió un "profundo amor platónico", y que en su muerte, sería el encargado de descuartizarla.
El legado de Santa Teresa abrió camino a las siguientes generaciones de mujeres. "Para una mujer del siglo XXI es muy ilustrativo volver la mirada en el tiempo y conectar con una mujer que supo administrar, sagazmente, su extraordinaria intuición y su habilidad social", argumenta la realizadora y escritora.
Su obra, siempre vigente, ha perdurado a través del tiempo gracias a sus múltiples lecturas y una obra que, por encima de todo, "logró hablar del alma como si fuera un castillo, donde hay una serie de moradas, a las que hay que ir accediendo para encontrar a Dios".
Tanto es así, ha resaltado Concha Velasco, que al leer pasajes de su obra, parece como si no hubieran pasado más de cuatro siglos: "No te creas nunca lo que dicen las personas de los demás, hasta que no te cerciores de que es cierto. Si la persona que viene a verte está triste entristece con ella, si está alegre, alégrate con ella", ha citado.
"Es una escritora maravillosa, pero por encima de todo es una mujer, que escribió en el siglo XVI, como ninguna mujer ha vuelto a escribir", ha apostillado.
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