Cuando la fotografía callejera se convierte en arte: "A partir de una escena cotidiana se puede generar emociones"
Gloria Aguado captura momentos de la vida diaria y "los detalles que no reparamos por ir corriendo a todas partes"
Por su parte, José Luis Barcia maneja el móvil como si fuera una cámara jugando con la ausencia de luz y las geometrías
PABLO ALVIRA FUERTES
Lo importante no es la cámara, sino el ojo. Aunque hay quienes cuentan con un gran equipo profesional detrás, hay otros que solo tienen su cámara o, en su defecto, un móvil. Detrás de todo está el arte de mirar y saber cuándo disparar. Fue un 19 de agosto de 1839 cuando el francés Louis-Jacques Daguerre presentó un invento llamado daguerrotipo, el cual le permitía capturar una imagen a través de un proceso químico. A pesar de contar con registros fotográficos desde aquél día, fue gracias a la iniciativa del australiano Korske Ara en el 2009, que se oficializó el 19 de agosto como el Día Mundial de la Fotografía.
Gloria Aguado tuvo hace doce años un flechazo gracias a una cámara réflex de segunda mano. "Intento captar los momentos cotidianos del día a día", asegura la madrileña, a quien la pandemia le abrió los ojos y aprendió a observar mejor la vida.
"Intento buscar la belleza de la ciudad, los pequeños detalles que no reparamos por ir corriendo a todas partes", cuenta la fotógrafa. Siempre ha sido autodidacta y, tras completar varios cursos de formación, asegura que a día de hoy no puede vivir sin su cámara. "Me acompaña prácticamente siempre", añade.
Bailes, paisajes, paseos, en definitiva: momentos. Aguado cree que la fotografía callejera tiene su base en "parar a observar y esperar el momento adecuado para disparar". Reconoce que "hay que hacerle frente a la vergüenza", ya que una persona con una cámara grande apuntando "llama la atención y no sabes bien cómo reaccionará la otra persona".
Sin embargo, hay momentos en los que Aguado se da cuenta de los instantes que guarda en su carrete. "En las fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma fueron especiales. Las calles estaban llenas de gente disfrutando con los bailes de los chulapos, sus amigos y familia", explica. Señala que los atardeceres son momentos idóneos para fotografiar, "esos minutos previos a que se ponga la luz del sol para mi son mágicos".
Para la madrileña el arte de fotografiar se ha convertido en una terapia. Le añade el plus de que en Madrid "hay miles de momentos, personas, tipos de luz que hacen que no te canses de ir a los mismos sitios ya que siempre vas a poder sacar algo diferente y nuevo".
El arte de usar el móvil
Y quien sabe usar el móvil para fotografiar es José Luis Barcia, un asturiano afincado en Madrid desde hace casi diez años. Hace más de once años que se "enganchó" a la fotografía gracias a un iPhone 11. "Se ha convertido en una forma de vida, llega un momento que te condiciona momentáneamente", asegura. Le ha cambiado la vida y le ha aportado muchas experiencias como exponer en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, en la Instagramers Gallery, Gran Vía y hasta ha llegado a colaborar con Apple.
En sus fotos sorprende realmente la calidad ya no solo porque estén hechas con un teléfono móvil, sino por el extraordinario dominio del encuadre y del color. "Me gusta el blanco y negro porque genero situaciones irreales. Es mi zona de confort. Uno de los recursos que utilizo es buscar líneas y geometrías. A partir de una escena cotidiana convertirlo en algo surrealista", explica el fotógrafo.
A partir de la luz y su ausencia, intenta expresar emociones y estados de ánimo. "Tengo fotos con personajes solitarios y en tránsito que emocionan a través de su lenguaje corporal", señala. La oscuridad y un sujeto son los principales actores en las fotografías de Barcia. Además, le gusta que "el espectador haga su propia interpretación de la imagen".
La mayoría de las fotografías que expone son realizadas con un móvil. "Me ofrece ligereza y rapidez. Es tremendamente discreto a la hora de hacer fotos en la calle. Realmente lo que cuenta es el resultado que expones. La cámara es el medio de expresión, no el fin mismo. Si no hubiera sido por ello no estaría haciendo fotos, sin embargo, el móvil te lo simplifica", concluye.
Fundación MAPFRE abre sus puertas de forma gratuita
La Fundación Mapfre celebra este viernes 19 de agosto el Día Mundial de la Fotografía con entrada gratuita a sus exposiciones de sus sedes de Madrid y Barcelona. En la madrileña Sala Recoletos se pueden visitar las exposiciones 'Pérez Siquier y Paolo Gasparini Campo de imágenes'.
Pérez Siquier nació en Almería en 1930, donde residió a lo largo de toda su vida. Su trabajo le ha hecho merecedor de recibir el Premio Nacional de fotografía en 2003. La exposición permite acercar la obra del fotógrafo almeriense, pieza fundamental en la creación de la modernidad fotográfica y la profesionalización del medio en España. Desde principios próximos al neorrealismo, en sus inicios y, más adelante, como pionero de la fotografía en color.
Por su parte, Paolo Gasparini (Gorizia, Italia, 1934) es el fotógrafo que mejor ha retratado las tensiones y contradicciones culturales de América Latina. Sus imágenes transmiten la dura realidad social que ha enfrentado una región cuya autenticidad cultural es incuestionable y en donde pasado y tradición local dialogan con una torpe modernidad impuesta. El recorrido expositivo está dividido en dieciséis secciones que recogen los proyectos más relevantes del artista a lo largo de más de seis décadas de trabajo.