El periodista polaco Adam Michnik | WIKIPEDIA / JULO
(Actualizado

El periodista y escritor polaco Adam Michnik, una de las principales figuras de la oposición anticomunista en los años ochenta del siglo pasado y un referente por su defensa de la democracia y de la libertad de expresión, ha sido distinguido este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2022.

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Michnik (Varsovia, 1946) dirige desde su creación en 1989 el periódico "Gazeta Wyborcza", el más importante de Polonia, y ha obtenido numerosos reconocimientos internacionales por su dilatada carrera en un periodismo honesto y comprometido con la libertad, así como por su lucha constante de los derechos humanos y los valores democráticos.

De hecho, esta defensa de la democracia y de los derechos humanos le llevó a las cárceles del régimen comunista polaco durante seis años, pero, según ha resaltado el jurado, "no por ello desistió de su firme oposición a la dictadura ni de buscar la reconciliación entre sus conciudadanos".

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Además de la influencia que ha tenido en su país en las últimas décadas para asentar los valores democráticos y su compromiso con el periodismo de calidad, el jurado ha considerado que Michnik es hoy en día "un símbolo de la libertad de expresión y del humanismo, así como un ejemplo ético de resistencia frente a las amenazas autoritarias".

En la actualidad, conocedor de la política rusa, ha abordado en diferentes artículos la invasión de Ucrania en los que se ha mostrado muy crítico con las decisiones y actos del presidente ruso, Vladímir Putin.

Figuran en su haber libros que han tenido gran peso en Polonia como "La Iglesia, la izquierda, el diálogo" y artículos que marcaron la historia del país, como el titulado "Vuestro presidente, nuestro primer ministro", que hizo posible la elección de Tadeusz Mazowiecki como primer ministro no comunista en el Este.

Desde 1977, cuando apenas tenía 31 años, Michnik fue editor en varias revistas independientes y formó parte de la dirección de Niezależna Oficyna Wydawnicza, una de las editoriales más destacadas de la oposición polaca, y en el denominado "año revolucionario" de 1989 llegó a ser diputado.

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Fue entonces cuando fundó el periódico independiente "Gazeta Wyborcza", del que sigue siendo redactor jefe y que es el más importante del país y uno de los de mayor difusión de Europa central. Michnik, quien también fue un firme defensor del ingreso de su país en la Unión Europea, pasó seis años en las prisiones del régimen comunista polaco y fue uno de los impulsores de la reconciliación nacional, tomando como ejemplo el modelo español de los Pactos de La Moncloa.

En 1989, tres años después de su última estancia en la cárcel, desempeñó su tarea política como miembro de la primera Cámara Baja no comunista de Polonia. Desde las páginas de "Gazeta Wyborcza", siempre ha defendido el diálogo por encima de toda clase de divisiones entre las más diversas culturas, razas, ideologías, sociedades y etnias, y se ha erigido como uno de los más destacados defensores de los derechos humanos en Polonia.

Su influencia ha servido para que algunos de sus artículos hayan sido publicados en periódicos y revistas europeos como "Der Spiegel", "Le Monde", "Liberation" y "El País" y los estadounidenses "The Washington Post" y "The New York Review of Books".

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En 2018 fue uno de los treinta intelectuales que firmaron el manifiesto "Europa en llamas", sobre la amenaza de los populismos y es miembro del consejo emérito de Reporteros sin Fronteras.

En la actualidad, está disponible en España su libro "En busca del significado perdido" (Acantilado, 2013), una colección de ensayos en los que observa y analiza los cambios producidos en Polonia y en la Europa del Este desde 1989, cuando cayó el muro. Para el escritor y expresidente checo Václav Havel, con este libro "muchos en Occidente entenderán mejor qué pasó y qué está pasando hoy en nuestra parte del mundo".