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Cuando parecía que el cine ya había contado todas las historias posibles sobre zombies causantes de la degradación de la población humana, aparece un cineasta español, Miguel Ángel Vivas, extrayendo hasta el último aliento de una novela de terror y esperanza, y construye Extinction.

Basada en la novela Y pese a todo..., de Juan de Dios Garduño, sevillano, como Vivas, Extinction cuenta con Matthew Fox, Jeffrey Donovan y la niña Quinn McColgan, como protagonistas, además de la española Clara Lago.

Producida por Ombra, la empresa del cineasta catalán Jaume Collet Serra, y Vaca Films, responsable de Celda 211, la cinta se estrenará el próximo viernes en EE.UU. y el 14 de agosto en España.

"Esta película habla muy bien del futuro del género en España y explica por qué están avanzando tan bien (las producciones españolas de terror fuera de España), porque se hacen con originalidad y porque importan los personajes", considera en declaraciones a Efe el estadounidense Matthew Fox, que vuelve a llamarse Jack, como en Perdidos.

Cargada de referencias cinematográficas, Extinction quería ser un homenaje a Infierno en el Pacífico, de John Boorman, donde "dos únicos hombres supervivientes en una isla, dos soldados, se odian hasta tal extremo que no se hablan", desvela el director, que promociona la película en Madrid acompañado por los actores.

"Aquella era una gran historia, la de la Segunda Guerra Mundial, contada desde una idea muy pequeñita que era el odio de estos dos hombres y yo he querido hacer lo mismo: hablar de la paternidad, de lo difícil que es educar a una niña a punto de pasar a la adolescencia, y da lo mismo que sea aquí y ahora en Madrid que en Harmony, en un futuro postapocalíptico", comenta Vivas a Efe.

Pero Extinction es también un thriller, una película sobre monstruos blancos que se confunden en la nieve y un canto a la esperanza, simbolizada por el personaje de Clara Lago. "Esta no es una peli de zombies -aclara la actriz, que ha rodado en inglés-, lo es de personajes con esas criaturas de telón de fondo, monstruos que son como el paisaje, desértico y nevado; pero de lo que habla es de lo que les pasa a estos dos hombres y de su desesperanza, de su desolación; de cómo no tiran la toalla, pero casi".

Para Vivas, el niño rarito de la clase que se dedicaba a ver películas de Howard Hawks y leer libros en lugar de jugar con otros niños, es también, o sobre todo, una historia de "redención y de esperanza". Pensada en clave de cine clásico, en Extinction todos los planos significan algo, "cada encuadre se hace por algo", detalla Vivas.

Tras un comienzo adrenalínico que aplasta al espectador en la butaca, Vivas congela no sólo el ritmo, sino a los propios personajes, y su historia. Les rodea de un entorno helado y blanco, un mundo parado e inmutable que no cambia en nueve años; y los personajes siguen igual, con el mismo odio, en el mismo sitio. "Es una metáfora -reconoce- de cómo somos: no evolucionamos, no aprendemos".

Fox ha señalado que se sumó al proyecto por indicación de su hija de dieciséis años, que leyó el guion, entusiasmada, igual que el padre de Clara Lago, que también dio el visto bueno a la actriz."No se por qué siempre me gusta el material más oscuro; si me ofrecieran una comedia la haría, pero sé que tengo un sentido del humor un tanto extraño, según dice mi familia", comenta Fox.

"Y es cierto que los personajes oscuros de libros y películas son los que me llaman más la atención y cuando me piden que haga uno, siento que soy la persona adecuada", ha señalado el pensilvano, malo "de verdad" en sus últimas cintas, En la mente del asesino y Guerra mundial Z, aunque pronto estrenará un western, Bone Tomahawk: "Me gustan los retos", ha resumido.