La sala Galileo Galilei cumple 30 años de "esfuerzo e ingenio" para hacer cultura, tiempo en el que se ha instalado en el imaginario colectivo de varias generaciones, aunque solo fuera por aquel neón encarnado sobre una sábana negra a la espalda de Faemino y Cansado en sus "shows" televisados.
Precisamente el dúo cómico constituye uno de los platos fuertes de la programación organizada en torno a este aniversario, que vivirá el próximo lunes su primera gran fiesta (entrada libre hasta completar aforo) y que contará en noches sucesivas con algunos de sus artistas fetiche: Pedro Guerra, Luar Na Lubre, Los Secretos, Albert Pla, Luis Ramiro, Carlos Chaouen, Rulo e Ismael Serrano.
"Recuerdo los inicios de Ismael Serrano. A su primer concierto vinieron unas 40 personas", rememora con nostalgia Ángel Viejo, uno de los fundadores de esta sala, escenario de los míticos programas de "Magia potagia" de Juan Tamariz, que también participará en este ciclo extraordinario.
El éxito de la sala Clamores, otro templo cultural de la capital, animó a sus propietarios a seguir innovando sobre el desfasado concepto de "tasca" que imperaba entonces en la ciudad y a abrir un nuevo local donde la cerveza se acompañaba de música, de arte, de danza, de magia...
"Era indiferente quién estuviese en el escenario", recuerda sobre aquellos años de "gran explosión cultural" que les llevaron de la dictadura a la democracia.
No son muchos los locales de aquella época que siguen hoy en día en funcionamiento. Viejo achaca su pervivencia al "ingenio, al trabajo, a la dedicación, al esfuerzo... y también al tamaño", a esos más de 1.000 metros cuadrados que hacen que "el pequeño porcentaje de beneficio que queda por persona dé más posibilidades de subsistencia".
"Ahora lo estamos pasando muy mal y las circunstancias son complicadas. No variamos los precios tras la subida del IVA, lo que representa un 13 por ciento de diferencia, así que estamos más en pérdidas que en beneficios", afirma, antes de añadir que el momento pasa por conformarse con sobrevivir.
Viejo ve con "esperanza" el cambio de signo en la corporación local en Madrid, pero cree que un futuro mejor para "un sector muy castigado y abandonado por todos los estamentos" pasa por tener "más apoyo de los tres gobiernos" y por "un reconocimiento de su labor, que es hacer cultura".
"Por mi sala han pasado casi todos los que ahora mismo están en una cuota relativamente alta, gente como Quique González o Andrés Suárez, y también otros que ya eran conocidos como Los Secretos o Antonio Vega y que siguieron creciendo con nosotros", destaca, antes de presumir de que en sus carteles no aparece artista que no cobre.
Viejo exige una reducción del IVA del 21 por ciento y que las consumiciones en este tipo de locales tributen como en cualquier otro establecimiento hostelero, donde se paga el 10 por ciento.
"Subsistimos porque vendemos cerveza, no por otro motivo", denuncia, antes de lamentar también el 10 por ciento de canon que se paga a la SGAE.