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En una exposición extraordinaria y la primera de este calibre en Oriente Medio, el Museo de Israel muestra en Jerusalén "Francisco Goya: Sueños y Pesadillas", con diez cuadros de primer nivel prestados por Museo del Prado como broche de oro del 30 aniversario de las relaciones diplomáticas entre España e Israel.

La colección se completa con decenas de grabados en custodia de la pinacoteca israelí de las series "Los Disparates", "Los Desastres de la Guerra", "La Tauromaquia" y "Los Caprichos" (original de la edición de 1799), y unas reproducciones en carboncillo y sanguina de "Las Meninas", cuadro en el que, según los expertos, el pintor aragonés se inspiró para componer "La familia de Carlos IV".

"Es la primera vez que somos capaces de juntar una selección de trabajos en papel de nuestra propiedad con una realmente excelente selección de pinturas de Goya de El Prado, en Madrid", explica a Efe el director del Museo de Israel, James S. Snyder.

Lo hace ante "El Quitasol", que preside la sala principal en un rojo vivo donde se realzan bajo una tenue luz nueve de las diez pinturas que cuelgan junto algunos de los grabados.

La décima pintura, un pequeño autorretrato de 1795, da la bienvenida a la muestra, que arranca en una habitación convertida en una estrecho y oscuro corredor, incrustado en la anterior.

Allí, la serie de "Los Caprichos" captura con su aspereza al visitante, que se adentra en el desasosiego de Goya para encontrar después su lado más amable en obras como "Tobías y el Ángel" en compañía de "La Sagrada Familia".

"Realmente la exposición y nuestros propios dibujos y pinturas tienen que ver con estos dos momentos opuestos en el trabajo de Goya", dice Snyder, que insiste en destacar que es la primera vez que se exponen en Israel sus pinturas.

La vicepresidenta del Real Patronato del Prado, Amelia Valcárcel, viajó a Israel para acompañar a los cuadros y señaló que se trata de una muestra "muy, muy importante. Importantísima, por la cantidad y la calidad de las obras que el museo ha prestado".

Esta selección, hecha por la directora del departamento de Goya de El Prado, Manuela Mena, con las sugerencias de la comisaria de la exposición, Shlomit Steinberg, se pensó cuidadosamente con la intención de representar casi todos los períodos del pintor y la inclusión de algunas de sus obras más significativas.

"Goya es uno de los grandes pintores españoles y, dentro de la política de los museos de ser generosos en el manejo de la cultura, estamos muy contentos de contribuir con esta gran exposición, que es espléndida, a celebrar los años de amistad entre España e Israel" ya que "la cultura es lo que tiene que presidir las relaciones" entre países, señaló Valcárcel.

Durante la inauguración, esta mañana, curiosos y entendidos repasaban una recopilación diversa, reflejo de la sensibilidad e inteligencia con que percibía el mundo este maestro de la pintura que, según Steinberg, tenía algo "muy particular".

"Goya enseña algo hermoso, sereno, neutral. Y después, desde algún lado, por lo bajo, se arrastra algo un poco malvado, un poco grotesco, un poco extraño. Siempre te recuerda que Goya no es un artista con un solo lado", describe.

Y enumera la alternancia en los grabados del sinfín de elementos que hacen su obra única: "los hombres, las mujeres, las prostitutas, el castigo por la ley, la Inquisición, la denuncia de quienes quieren ser lo que no son, los brillos y sombras de la vida. Y como va derivando hacia obras más oscuras, las pesadillas, los demonios que salen por la noche, el sábado negro...".

El embajador español en Israel, Fernando Carderera, uno de los impulsores del evento, se mostró entusiasmado por la oportunidad de traer a Israel a uno de los nombres más representativos de España y su legado cultural.

El diplomático, que cuenta en su árbol genealógico con un tío de uno de sus bisabuelos que fue pintor en el estudio de Goya y gran coleccionista de arte -Valentín Carderera-, valoró la exposición como "el evento más importante" de las celebraciones del 30 aniversario de las relaciones bilaterales.

Y agradeció "la extrema generosidad del Museo del Prado", que dará durante los próximos cuatro meses a miles de israelíes y turistas la oportunidad única de acercarse desde el otro lado del Mediterráneo a la inmensa obra de uno de los artistas más representativos de España.