Anthony Hopkins y Helen Mirren protagonizan "Hitchcock", una película que trata de mostrar la cara menos conocida de Hitch y de su esposa, Alma Reville, y un ejemplo más de que el cine clásico sirve tanto de escuela como de inspiración a los nuevos cineastas.
"Hitchcock", que llega este viernes a los cines españoles, protagonizada por Anthony Hopkins, Helen Mirren y Scarlett Johansson, es otro caso que confirma la vigencia del cine clásico, no sólo como arte, sino como modelo al que recurrir y copiar cuando la imaginación no se traduce en historias nuevas y originales.
Si "Hitchcock" se basa en el rodaje de "Psicosis", el año pasado "Mi semana con Marilyn" recreaba el desarrollo de "El príncipe y la corista", con Marilyn Monroe y Laurence Olivier. Y en "Cazador blanco, corazón negro" fue el rodaje de "La reina de África" el que contó Clint Eastwood o "RKO 281" el de "Ciudadano Kane".
Pero no solo de rodajes vive el cine, que copia y recopia películas convertidas en clásicos, como "Anna Karenina" o "El Gran Gatsby", dos nuevas versiones para este año de historias ya adaptadas anteriormente para la gran pantalla.
O filmes que recuperan la vida de algunas de las estrellas más glamourosas de Hollywood, como "Grace of Monaco", la vida de Grace Kelly, la protagonista del cuento de hadas por excelencia, la de la actriz convertida en princesa.
Nicole Kidman se pone en la piel de esta película, aún en rodaje, en la que Tim Roth hace del príncipe Rainero y que ya ha levantado las primeras críticas por parte de la familia Grimaldi, que consideran que el filme está cargado de inexactitudes históricas y escenas puramente ficticias.
Y también hay homenajes más o menos sentidos al séptimo arte, como el que Martin Scorsese le dedicó, personificado en Georges Meliès, uno de los padres del cine, en "La invención de Hugo".
Un director que ya se había metido en las bambalinas del cine con "El aviador", la biografía de Howard Hugues y su relación con Katherine Hepburn, un papel que interpretó Cate Blanchett y que le valió un Óscar.
No tendrán la misma suerte los protagonistas de "Hitchcock", película que sólo ha recibido una nominación por parte de la Academia de Hollywood, en la categoría de maquillaje y peluquería.
Poca cosecha para una película que levantó mucha expectación durante su proceso de producción y con la que el británico Sacha Gervasi debuta como director -su mayor logro hasta la fecha era el guión de "The Terminal" (2004)-.
La historia se centra en el periodo en el que Hitchcock estaba volcado con "Psicosis". En los problemas que tuvo para financiarla, hasta el punto de tener que hipotecar su casa, y para poderla llevar a cabo por los obstáculos de la censura a la famosa escena de la ducha.
Pero sobre todo cuenta la relación de Hitchcock con su mujer, la desconocida para el gran público Alma Reville, una excelente guionista que dejó muy aparcada su carrera para dedicarse a engrandecer la de su marido.
Una valiosa colaboración en los guiones que el gran realizador agradeció públicamente cuando en 1979 recibió el premio a su trayectoria por parte del American Film Institute.
Esa relación de interdependencia es lo más interesante de un filme en el que Reville se descubre como el personaje protagonista por encima de un Hitchcock que no deja de mostrarse tal y como ya se le conocía.
Y en el que Helen Mirren está a años luz de Anthony Hopkins, que con su estupenda caracterización no consigue dotar de realismo a un personaje cuya voz impostada impide cualquier atisbo de acercamiento al espectador.
Frente a él, Mirren compone un personaje cercano y humano, muestra la cara brillante de una mujer que sacrificó todo a la sombra del considerado como genio, cuando en realidad la igualdad era la nota dominante en la pareja.
Scarlett Johansson, como Janet Leigh, Jessica Biel como Vera Miles y Toni Colette como Peggy Robertson, la secretaria de Hitch, completan el reparto de un filme que cuenta los detalles del rodaje de una película que marcaría un hito en la historia del cine.
Y que demuestra que con rodajes de por medio o simplemente contando las vidas de algunos de sus protagonistas principales, el cine de la época dorada de Hollywood sigue estando presente en la actualidad.