Los cines Imax de Madrid y Barcelona cerrarán sus salas pasado el verano, después de que Teatromax, la compañía que explota estas instalaciones, haya presentado concurso voluntario de acreedores con una deuda que supera los 5,5 millones de euros.
Las cifras de asistencia a los cines Imax, en los que se proyectan películas en 3D, han ido en descenso en los últimos años, hasta el punto que el pasado ejercicio la facturación de las salas de Barcelona y Madrid sumó 1,5 millones de euros, la misma cantidad que perdió Teatromax en 2013.
Ante esta situación, los responsables de la compañía, cuyo consejero delegado es Juan José Castelló, planean dar un uso totalmente diferente a las instalaciones que hoy acogen los cines. En el caso del Imax Port Vell de Barcelona, Teatromax plantea destinar el edificio a una nueva zona de tiendas y restaurantes, aprovechando el atractivo turístico de la zona.
De hecho, a pocos metros de este Imax se encuentra el Maremagnum, instalación que años atrás fue un gran complejo de ocio nocturno, pero que logró transformarse con éxito en un espacio comercial con una amplia oferta de restauración.
En Madrid, Castelló estudia crear un espacio polivalente en el que se puedan celebrar eventos y conciertos. En todo caso, cualquier cambio en el uso de estas instalaciones requerirá del beneplácito de la administración concursal y, además, del permiso de todas las administraciones implicadas. EFE