El torero Juan José Padilla, herido este viernes por asta de toro en la Plaza de Toros de la Misericordia de Zaragoza, ha perdido la visión del ojo izquierdo, que puede ser no recuperable, y sufre una parálisis de la parte izquierda de la cara, según ha indicado a Europa Press la cirujana Ester Saura, que le ha intervenido.
Padilla tiene el nervio óptico del ojo izquierdo elongado, por lo que las posibilidades de que recupere la visión son escasas y permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos de Traumatología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, adonde se han desplazado su hermano Jaime y su apoderado, Diego Robles, entre otros.
La cirujana ha explicado que la situación del torero "podría haber sido mucho peor" por la trayectoria del asta, que era "limpia", ya que entró por la región retromandibular y salió por la región supraorbitaria, arrancando el tronco del nervio facial, que da movilidad a la cara.
El torero ha sufrido una proptosis del ojo izquierdo, es decir, se le ha salido de la órbita, y se le ha elongado el nervio de este ojo, por lo que el pronóstico es "muy reservado". Saura ha dicho que "las siguientes 24 horas son decisivas".
Las cirujanas han reconstruido "absolutamente" el macizo facial, le han fijado con titanio las fracturas y "la evolución es favorable", ha dicho la doctora Ester Saura. Se le realizarán varias intervenciones para que recupere la movilidad de la hemifacies izquierda, ha indicado.
Tras sufrir el accidente este viernes, el paciente ha sido intubado por un médico del 061 y saldrá de la UCI traumatológica cuando se le pueda extubar, en 24 o 48 horas. Le ha operado, junto con Saura, la doctora Victoria Simón, cirujana de maxilofacial, y le ha asistido la médico de UCI Arancha Utande.
El apoderado del torero, Diego Robles, ha declarado a los medios de comunicación que se han "vivido momentos difíciles". En la enfermería de la Plaza "hubo un momento muy difícil" porque vio a los facultativos "un poquito nerviosos y ya percibí que la cosa era bastante seria".
Robles ha agradecido el trabajo del médico internista, que ha informado en todo momento al apoderado, y a las doctoras, "gente fantástica".
El hermano del torero, Jaime Padilla, ha vivido la intervención con "incertidumbre" porque "hasta la cuatro y media de la mañana no nos dijeron nada", tras lo que ha manifestado su "esperanza". A su hermano "ya le han pegado bastante cornadas los toros y ojalá que sea la última".